Es fascinante comprobar lo mucho que nos afecta la gente que tenemos alrededor. Las personas que hay en nuestro entorno pueden hacer que nos sintamos seguros o que, por el contrario, sintamos miedo.
Que la influencia de la simple presencia de otra persona pueda salvar una vida es difícil de creer, pero esto demuestra lo fuerte que puede ser el lazo que se crea entre dos personas.
Una enfermera hizo historia cuando, rompiendo las reglas, llevó a un bebé sano a la misma cuna en la que estaba su gemela que estaba muriendo.
Su decisión salvó la vida de la pequeña que estaba al borde de la muerte.
Hace 20 años se separaba a los gemelos al nacer si uno estaba enfermo porque se pensaba que esto era lo mejor para bebé más débil.
Pero una enfermera lo cambió todo cuando hizo lo que nadie se había atrevido a hacer hasta ese momento.
Las hermanas gemelas de Paul Jackson nacieron 12 semanas antes de tiempo, y aunque en principio parecía que estaban estables, los médicos dijeron que las cosas podían cambiar de un día para otro. Y así ocurrió.
Una de las gemelas, Brielle, comenzó a tener problemas para respirar. Su pulso se debilitó y los médicos pensaron que no sobreviviría.
Pero la enfermera Gayle Kasparian no estaba dispuesta a darse por vencida y decidió probar lo que nadie, hasta entonces, había hecho en los Estados Unidos. Acostó a la bebé sana, Kyrie, al lado de su hermana enferma, y el resultado asombró la mundo entero.
Puso su brazo sobre el cuerpecito de su gemela
Kyrie pasó su bracito sobre el cuerpo de su hermana, y rápidamente Brielles comenzó a estabilizarse y se salvó de una muerte casi segura.
Si la enfermera no se hubiese atrevido a probar algo nuevo, la niña habría fallecido.
Esta es una preciosa prueba de que tenemos que atrevernos a probar cosas en las que creemos.
Esta historia ha llenado mi corazón de esperanza. Comparte esta preciosa historia que demuestra lo importante que es el amor de la familia, que puede llegar a salvar vidas.