Nadie conoce a los hijos mejor que sus padres. Por eso es muy preocupante cuando ves en tu hijo cosas que parecen nuevas e inusuales.
Esta historia es de hace unos años pero es un tema importante que necesita ser tratado.
Es una historia que te da una verdadera idea de cómo debes seguir tu instinto…
El hijo de Stuart Chaifetz, Akian, de 10 años, tiene autismo y era un estudiante que supuestamente recibía la ayuda que necesitaba.
Después de un año en la escuela, Stuart notó que el comportamiento de su hijo cambiaba. No era más el niño calmado y contento que solía ser.
Stuart empezó a sospechar que algo no estaba bien.
La escuela empezó a enviar notas diciendo que Akian se portaba mal y era agresivo, un lado de Akian que Stuart nunca había visto.
Naturalmente quiso descubrir qué podía haber mal por lo que buscó ayuda de un terapeuta para que lo evaluara.
Quería saber qué estaba detrás del cambio de actitud de su hijo. Pero afortunadamente, no recibió respuestas a sus interrogantes y el hijo parecía empeorar.
Sospechaba que algo o alguien en la escuela estaba provocando este comportamiento de esta forma tan repentina.
Stuart entendió que tenía que hacer algo y quería descubrir qué pasaba en la escuela, según reporta el Huffington Post.
Stuart decidió enviar a su hijo a la escuela llevando un grabador oculto que le diera las respuestas que necesitaba.
Pero nunca podría haber imaginado lo que escuchó en la grabación cuando su hijo llegó a casa.
La grabación reveló que Akian recibía constantemente gritos de su profesor y del asistente del profesor. Abusaban verbalmente del niño y le llamaban palabras obscenas.
Tras escuchar las seis horas de grabación, las razones del extraño comportamiento de su hijo parecían muy claras.
Pero fue peor de lo que nunca hubiera imaginado.
Lo peor fue escuchar cuando Akian pedía varias veces ver a su padre y recibió un «no» que hizo que Akian se alterara del todo.
Para empeorar las cosas, podías escuchar al profesor y asistente del profesor mantener conversaciones sobre cómo iban a emborracharse y otras de contenido sexual.
Stuart sabía que la grabación quizás no llevaba a los profesores ante un tribunal pero la envió a la mesa de dirección.
Afortunadamente, tanto el profesor como el asistente fueron despedidos, aunque no se tomaron más medidas.