La muerte de cualquier alma joven es difícil de aceptar, independientemente de la causa.
Cuando una persona anciana pasa a mejor vida, el golpe a menudo se amortigua por el hecho de que vivieron una larga vida y tuvieron la oportunidad de ver crecer a las nuevas generaciones de su familia.
Es diferente cuando el difunto es joven, especialmente cuando podría haberse evitado.
Las dos familias de Dusting Manning y Joseph Abraham siempre vivirán preguntándose si sus muertes podrían haberse evitado.
Los dos chicos tenían varias cosas en común. Eran amigos de la infancia, jugaban en el mismo equipo de Pequeñas Ligas, vivían en el mismo área. También murieron el mismo día y por la misma causa…
Dustin Manning, de 19 años, murió el 26 de mayo de 2017 en Lawrenceville, Estados Unidos. A las 6:09 a.m., llamaron a los paramédicos desde su casa para atender a un adolescente inconsciente. Dustin había muerto como resultado de tomar una mezcla tóxica de heroína y fentanilo, un opioide sintético tan potente que a menudo puede ser mortal.
Según su padre, Greg Manning, el informe de toxicología fue sorprendente: «La cantidad de fentanilo en su cuerpo era equivalente a tres gramos de sal. Eso es todo lo que se necesita para matar a un tipo de 180 libras».
«Le había dicho que lo iba a levantar temprano para ir a trabajar y subí alrededor de las 5:45 para despertarlo, y cuando abrí la puerta, parecía que se estaba atando los zapatos. Muy pronto me di cuenta, lo agarré y estaba frío».
Trágicamente, menos de una hora después, el servicio de mergencias recibió otra llamada desde la misma área, a solo medio kilómetro de distancia.
Los padres Dave y Kathi Abraham encontraron a su hijo de 18 años, Joseph, desplomado en el suelo. No tenía pulso.
«Tan pronto como lo vi, lo supe y simplemente corrí y comencé a abrazarlo y pude ver que estaba frío», dijo Kathi Abraham, según CNN.
«Dave estaba hablando por teléfono con el 911 y le dije: ‘Es demasiado tarde. No podemos arreglar esto'», agregó.
Drogas
Según CNN, ambos chicos empezaron a consumir drogas cuando estaban en el instituto. Los padres de Joseph creen que tuvo su primera dosis de opiáceos cuando le quitaron las muelas del juicio.
Su madre cree que empezó a consumir drogas para lidiar con dos grandes tragedias en su vida.
«Perdió a dos de sus mejores amigos en octavo grado, uno de cáncer y el otro se ahogó. Realmente lo pasó mal, luchó con ello», dice.
Por su parte, Dustin dijo a sus padres que tenía depresión con tan sólo 12 años. No pasó mucho tiempo hasta que empezó a tomar drogas también.
«Nos dijo que las drogas eran lo que le permitían ‘escapar’ y le hacían sentir bien», dice Lisa Manning.
Los padres de los dos chicos buscaron los tratamientos necesarios para sus hijos, aunque su lucha obviamente continuó. Los padres de Dustin y Joseph dicen que sus hijos no habían estado en contacto por años. Parece ser, sin embargo, que compraron la droga que los mató del mismo camello.
Problema creciente
El fentanilo, que es entre 50 y 100 veces más fuerte que la morfina, fue sintetizado originalmente para combatir el dolor crónico. Incluso la más mínima sobredosis puede ser fatal. Alarmantemente, la cantidad de gente que ha muerto por el fentanilo ha aumentado de 3000 a 20.000 en los últimos años sólo en Estados Unidos. Para aquellos que no lo saben, esto supone un aumento del 540 %.
Qué triste historia la de estos dos adolescentes que tenían tanto futuro por delante. Me rompe el corazón pensar que los problemas relacionados con ciertos tipos de drogas van en aumento.
Por favor, comparte esta historia para difundir conciencia sobre este gran problema.