¿Quién no ha soñado con ser azafata desde pequeña? Viajar, y surcar los cielos, conocer diferentes ciudades mientras trabajas.
Parece el trabajo ideal, y eso fue lo que pensó Shantell Pooser, de 17 años de edad y con síndrome de Down. Ahora ella acaba de empezar a trabajar como asistente de vuelo, escribe CBS News.
Shannie cómo la conocen sus allegados, nació con un defecto cardíaco y una serie de problemas en las vías respiratorias. Durante años se ha trasladado desde Denmark (Carolina del Sur) donde reside, hasta el Hospital de niños de Cincinnati (Ohio) para todo tipo de tratamientos y cirugías. Esto supone 8 horas de viaje por carretera o 3 de avión, para que se hagan una idea de las distancias, así que ella sabe muy bien lo que es luchar contra la adversidad durante toda su vida, según aportó su madre, Deanna Miller-Berry, a CBS News.
En 2016 Shannie se sometió a una cirugía complicada que le salvó la vida de la que salió cantando «Let It Go’» de la película Frozen, contaba su madre, mientras los cirujanos estaban parados alrededor diciendo: «¡Nunca hemos tenido a nadie que salga de este tipo de cirugía hablando, pero esta chica está cantando ‘Let It Go’!”.
Laringomalacia, traqueomalacia y malacia traqueobronquial son algunas de las enfermedades que padece Shannie y que perjudican el 87% de sus vías respiratorias, por lo que viajar muy a menudo al hospital de Niños de Cincinnati para hacerse chequeos de forma regular: “Siempre tomamos vuelos, y por eso creo que ella se enamoró de los aviones y de esa sensación de estar por los aires. Ya ha estado en más de 57 vuelos”, dice su progenitora a Intriper.
Debido a la cantidad de vuelos que Shannie realizaba se hizo amiga de muchas de las azafatas y de los pilotos, y ella seguía diciendo: ‘Mamá, quiero ser azafata’”, dijo Miller-Berry, según CBS News.
Sabía que este era un sueño poco realista para su hija, pero envió una carta a un amigo que trabaja como asistente de vuelo en American Airlines, preguntando si Shannie podría tener recuerdos de la aerolínea por su cumpleaños.
Pero lo que nunca imaginó es que recibiría la llamada de un piloto que ofreció algo más que una felicitación en una tarjeta. El piloto le propuso nada más y nada menos que celebrar su fiesta de cumpleaños en un avión Boeing, según Nation.