Como padres, siempre tratamos de hacer lo mejor para mantener a nuestros hijos alejados del peligro y el sufrimiento.
Por supuesto, eso no siempre es posible. Por mucho que intentemos protegerlos, el mundo está lleno de peligros, y algunos se presentan cuando menos los espera.
Una madre afectada tiene una advertencia para todos los padres después de que un cinturón de seguridad le abriera el estómago a su hija de 6 años durante un accidente automovilístico en septiembre de 2016.
Según CBS Samantha Swartout viajaba en el asiento trasero del automóvil de su padre cuando su vehículo se salió de la carretera y se estrelló contra un árbol.
El impacto de la colisión provocó que el cinturón de seguridad se hundiera tanto en el abdomen de Samantha que éste se le abrió.
Shelly Martin, la madre de Samantha, explicaba la gravedad de las lesiones de su hija. «Tenía los intestinos fuera en el lado izquierdo del vehículo».
Además, la madre dijo que las lesiones, una conmoción cerebral, un corte profundo en el vientre y puntos de sutura en la frente de Samantha, podrían haberse evitado si la niña todavía hubiera estado sentada en su silla infantil de auto.
“No hubiera quedado tan lesionada si hubiera estado en un silla de auto de niños. No penséis que porque vuestro hijo tiene 7 u 8 años es demasiado magrande…no lo es!», dice Martin.
Samantha pasó tres semanas en el hospital antes de ser dada de alta. El objetivo de su madre es concienciar sobre los beneficios potenciales de los asientos elevados. Ella espera que ningún niño tenga que soportar lo que Samantha padeció.
De hecho, si podemos evitar que otro niño pase el horror que padeció Samantha, este artículo valdrá la pena.
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