Uno nunca debe subestimar a la gente mayor, sea lo que sea. Algunas personas cínicas y raras piensan que uno puede engañar a la gente mayor con cualquier cosa. Pero la realidad es otra. Un buen ejemplo de eso es esta pequeña historia. La leí hace unos meses y me acordé de ella hoy. Yo no sé si la historia es sacada de la vida real o no, pero me gusta lo que nos enseña. Esta pareja mayor se decidió por desayunar en un café, pero la camarera no era la más servicial... Bueno, pero la solución de los jubilados me hizo reír. Aquí abajo puedes leer la historia, contada por el esposo:
Nos fuimos para tomar un desayuno en un café que tenía una oferta especial para jubilados/mayores. La oferta era de dos huevos, tocineta, y un pan por 4 dólares.
”Suena bien”, dijo mi esposa. ”Pero yo no quiero los huevos”.
“Vale”, dijo la camarera.
”Pero entonces cuesta 7 dólares, como pides del otro menú”, advirtió la camarera.
“¿Quieres decir que tengo que pagar más porque no quiero los huevos?”, preguntó mi esposa y miró a la chica de la caja.
”¡Correcto! Así es que es”, explicó la camarera.
“Ah, pues entonces igual tomo la oferta del desayuno”, dijo mi esposa.
“Y cómo quieres los huevos”, preguntó la camarera.
“Crudos y con la cascara”, respondió mi esposa.
Luego se llevó los dos huevos a la casa e hizo una torta deliciosa. Ella no es tan bruta mi esposa 😉
Uno nunca debe pelear o o subestimar a los mayores, ellos tienen larga experiencia y saben como funcionan las cosas. Por favor, comparta esta historia si te gustó la solución de esta señora. 🙂
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