Cuando Katie Page, de 30 años, se enfrentó al fin de su matrimonio, decidió que iba a tomar su vida por los cuernos y darle un nuevo giro.
Parte de eso implicaba mudarse a un nuevo hogar en Colorado, donde cambió también de carrera profesional. También fue allí donde decidió emprender un acto verdaderamente generoso: acoger a un niño.
Según cuenta en su propio blog, Katie había tenido problemas de fertilidad en el pasado y siempre había pensado en la idea de adoptar.
En 2016, Katie escuchó a un trabajador social hablar sobre un bebé de 4 días que había sido dejado en un hospital local. Ni siquiera tenía nombre.
Katie vio esto como una señal y dio el gran paso hacia la acogida. Katie crió al bebé, a quien llamó Grayson, durante casi 12 meses, después de lo cual un tribunal determinó que los derechos de sus padres biológicos habían expirado. Esto permitió a Katie obtener la custodia total del niño y lo adoptó legalmente 11 meses después del día en que nació.
Todo el proceso confirmó a Katie que realmente disfrutaba siendo madre, por lo que decidió que quería adoptar nuevamente. El plan era esperar un par de años para que ella y Grayson se establecieran en su nueva vida juntos.
Y, sin embargo, como si fuese el destino, otro asistenta social la llamó solo un mes después de que hubiese adoptado a Grayson. Una niña recién nacida había sido dejada en el mismo hospital … y necesitaba una acogida inmediata.
«Durante los siguientes 10 minutos, y tras unas cuantas llamadas telefónicas que hice esa tarde, la frase; ‘Sé que estoy loca, pero Dios me está diciendo que diga «SÍ»seguía saliendo de mi boca’, cuenta Katie.
Pocas horas después, dejaron a la niña, llamada Hannah, en la casa de Katie. Fue entonces cuando Katie miró más de cerca el brazalete del hospital y se quedó boquiabierta: el nombre de su madre biológica era el mismo que había en el brazalete con el que llegó Grayson.
Katie decidió investigar la coincidencia y descubrió que la madre biológica tenía la misma fecha de nacimiento que la madre biológica de Grayson.
Como escribe en su blog, en ese momento, Katie dijo: “Grayson es mitad afroamericano con una piel hermosa y oscura y cabello oscuro y rizado. La niña tiene un tono de piel blanco pálido con cabello lacio rubito”.
Una prueba de ADN confirmó que Grayson y Hannah eran medio hermanos biológicos. Tenían la misma madre biológica.
«¿Y si la niña hubiera ido a otra familia?» Katie escribió. «Nunca la hubiéramos encontrado ni a ella ni a la madre de Grayson. ¡La conexión nunca se habría hecho!».
«No podía creer el milagro que acababa de suceder».
En diciembre de 2018, Katie adoptó formalmente a Hannah.
«Ese día dije: Sí, y mientras me llevaba a la niña, sentí la sensación más extraña que jamás he sentido», explicó. «No creo haber sentido realmente hasta ese momento una llamada tan clara e innegable de Dios (o cualquier espíritu superior en el que creas personalmente)».
«Mi cabeza me decía que dijera «no» porque no tenía sentido y no estaba en mis planes, pero algo en mi interior me decía que tenía que decir «SÍ «. Es un verdadero milagro, una oportunidad única en la vida… Llámalo como quieras, pero es sorprendente que mis hijos se hayan encontrado”.
¡Dios mío! Una historia verdaderamente conmovedora. Katie, eres una inspiración, y no tengo ninguna duda de que eres una madre fantástica para estos niños.
Yo no puedo evitar pensar que estas cosas suceden por una razón.
¡Comparte este artículo si crees que la vida tenía planes para estos dos preciosos pequeños, y agradecerle a Katie su gran acción de generosidad y amor!