Hay cosas en la vida para las que nadie está preparado.
Esta es una de esas terribles situaciones, y no me quiero ni imaginar lo que sintieron unos padres de Hanbury, en Inglaterra, cuando su pequeño, Leopold Mercer, murió súbitamente mientras se balanceaba sobre una puerta de hierro.
Acababa de empezar la escuela
El pequeño Leopold acababa de empezar la escuela apenas unas semanas antes del trágico accidente. Su madre, Eva Frickel, profesora universitaria, cuenta a Daily Mail que «Leopold solo llevaba en la escuela un par de semanas y era un niño feliz y extrovertido. En el camino de entrada hay una fila de pilares en semicírculo y una puerta del jardín está unida a un pilar».
Leopold estaba de camino a casa con un amigo de su entrenamiento de fútbol. Después de salir del auto, se dirigieron a una puerta de hierro en el camino de entrada para pasar el rato.
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El Dr. Frickel relata esos trágicos momentos y dice: “Los niños se bajaron del auto y se fueron a jugar. Acababa de mover el auto sobre el césped cuando escuché al otro chico gritar «Leo» y por el sonido supe que algo iba mal”.
El golpe y la reanimación fallida
Exactamente a las 11:48 sucede lo impensable: un pilar de cemento se derrumba sobre la cabeza del niño.
Un examen post-mortem confirmó que Leopold murió de una lesión traumática en la cabeza y el cuello, según el Dr. Bamber, el experto que realizó los exámenes post-mortem.
Eva Fricke recuerda ese trágico día contando: “Corrí y lo vi debajo del pilar que se había derrumbado. Era tan pesado que no podía moverlo”.
El Dr. Frickel recordó cómo Jason Mercer, el padre de Leopold, salió corriendo de la casa y luchó por levantar el pilar, antes de iniciar la RCP mientras pedía ayuda.
«Poco después comenzamos a escuchar las sirenas y un helicóptero, pero a partir de ese momento todo está bastante borroso», dijo en la audiencia del 1 de diciembre.
Después de 42 minutos de reanimación, Leopold fue declarado muerto.
Esta repentina tragedia dejará para siempre una huella en la vida de quienes conocieron al pequeño Leo.
La madre dijo recientemente en Twitter que: “Todavía soy una científica en mi cabeza, pero mi corazón está roto para siempre. El duelo por la pérdida de un hijo tiene un lugar permanente en la vida. Todavía no sé cómo afectará mi viaje científico”.
Esta historia realmente nos partió el corazón. Queremos enviar todo nuestro apoyo a la familia de Leo, para que encuentren consuelo en este momento tan difícil.
Descansa en paz, angelito.