¿Es prudente preguntarle a su esposa con cuántos hombres tuvo relaciones sexuales? No lo sé, pero el hombre de esta divertida historia decidió hacer precisamente eso…
Léelo hasta el final. ¡Es muy divertido!
En el transcurso de una relación, hay ciertas preguntas que tienden a surgir tarde o temprano. Estas consultas pueden ir desde preguntas sobre escenarios hipotéticos, como qué haría la pareja si le sucediera algo trágico, a otras discusiones más profundas y personales.
Una pregunta común que surge a menudo en las primeras etapas de una relación, es indagar sobre sus experiencias románticas pasadas y la cantidad de parejas que han tenido cada uno. No siempre es una conversación cómoda, pero ocurre con frecuencia.
El hombre y la mujer del siguiente chiste vivieron una situación llevada al extremo. Para captar el humor, lo mejor es leer el chiste hasta el final. Lo prometo, el remate te hará reír…
Una pareja de recién casados está en la cama y el marido, con curiosidad, le pregunta a su esposa con cuántos hombres ha estado. A pesar de su pregunta, la mujer permanece en silencio, con la mirada fija en el techo.
El marido vuelve a preguntar y le ruega: “Solo compártelo conmigo, está bien. ¿Con cuántos hombres has estado? Aún ante el silencio, los ojos de la esposa permanecen fijos arriba.
Al darse cuenta de que sus palabras pueden haberle causado malestar, el marido se disculpa y dice: “Lo siento, no fue mi intención molestarla. Simplemente pensé que podríamos tener una relación abierta y de confianza…”.
Sin embargo, su esposa sigue manteniendo su silencio. Sintiendo una sensación de derrota, el marido admite y dice: “Está bien, por favor no te enfades”.
A pesar de sus intentos de consolarla, la esposa sigue sin responder. El marido, decidido a cerrar la brecha, comienza a abrazarla estrechamente, colmándola de abrazos y besos como muestra de su afecto.
En este momento de intimidad, la esposa parece salir de su silencio. Ella redirige su mirada desde el techo hacia su marido, su expresión ahora es de frustración. Con un dejo de exasperación, suelta: “¡Vaya, hombre! ¡Me has hecho perder la cuenta!
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