Sam Hemming, de 22 años y de Inglaterra, tenía toda una vida por delante. Ella estudiaba derecho, se graduó con las mejoers notas, y soñaba con convertirse en abogada. Pero en cuestión de minutos todo cambió.
Sam se subió a un coche con su novio como tantas veces antes. Pero esta vez pasó algo. El coche se salió de la carretera, volcó y Sam salió disparada por el parabrisas. Su novio sufrió algunas heridas y contusiones, pero Sam quedó mucho más grave.
Sam fue llevada al hospital en avión, donde los médicos descubrieron que tenía cuatro huesos rotos en el cuello. Estaba todavía viva, pero no tenían esperanzas de que sobreviviera.
Le indujeron un coma, y después de 19 días, la situación no parecía que iba a mejorar. A Sam le diagnosticaron una muerte cerebral y sus médicos dijeron a su madre que nunca volvería a despertar.
La madre de Sam tuvo que tomar una decisión que ninguna madre debería tomar jamás. Pero al final, escuchó a los médicos y decidió desconectar su respiración artificial.
Pero transcurridos tan solo minutos después de que los médicos dispusieran deconectar la máquina, algo pareció moverse bajo las sábanas de Sam.
Ella movió el dedo de su pie. No mucho después despertó y nadie podía creerlo.
La mitad del cerebro de Sam había sido destrozado durante el accidente, pero la otra estaba intacta.
Con mucha ayuda y duro trabajo ella aprendió a caminar de nuevo. Todavía le queda un buen camino por delante, pero está muy decidida.
Sam todavía sueña con convertirse en abogada e incluso ha seguido tras el accidente.
Está agradecida con todos los que la han ayudado, desde los médicos y enfermeras, a la ambulancia y el equipo de rehabilitación.
Aquí puedes ver algunas imágenes de video (en inglés) con la asombrosa recuperación de Sam.
Por favor, comparte si también crees que los médicos y enfermeras merecen todo el reconocimiento del mundo !
