El perro, llamado Ginta (que significa ”niño de plata”), había sido obviamente descuidado por su propietario y se encontraba muy mal.
Que un perro pague por la irresponsabilidad de su dueño es inaceptable.
Pero afortunadamente siempre hay fuerzas positivas para compensarlo – aparecieron personas que querían ayudar a Ginta.
Ginta al principio tenía un poco de miedo de las personas, pero pronto fue relajándose y comenzó a a acercarse con curiosidad.
A pesar de haber sido maltratado y abandonado, parecía que tenía muchas ganas de vivir. Pronto entendió que las personas sólo querían ayudar.
Cuando ya se había familiarizado con ellos, comenzaron a afeitarlo con cuidado.
Como se puede ver las fotos, había mucho pelo que cortar.
Se llevó un buen tiempo afeitarlo. Había una gran cantidad de barro y tierra en su pelaje, lo que dificultó el trabajo.
Y pronto el cambio fue un hecho. En el vídeo de abajo puedes verlo 🙂
Un gran gacias a todos los amigos de los animales que ayudan a los animales más vulnerables. ¡Esperamos que Ginta encuentra la famila llena de amor que se merece!