No fue fácil, Simba estaba muy malito, pero fue rescatado de una eutanasia segura y tratado por un veterinario para poder recuperarse. Y así lo hizo. Ahora está bien, en una familia de acogida, ya sólo falta que aparezca una familia que lo quiera adoptar. Mientras tanto, está en buenas manos.
¡Un gran ‘me gusta’ para todas las organizaciones y personas gracias a las que tantos animales se salvan de un destino incierto y triste!