A veces está predestinado que dos seres se conozcan. Esta es una de las historias más hermosas que he escuchado desde hace tiempo. Muchas personas han reaccionado a esta singular y bella historia en la que los caminos de una perrita callejera, Pepper, y la estudiante Georgia Bradley se cruzaron.
Una joven estudiante, de 25 años, Georgia Bradley, estaba de viaje en Grecia cuando dos desconocidos comenzaron a perseguirla.
”Decidí dar un paseo por la playa. Dos desconocidos empezaron a perseguirme y acosarme. Querían que me fuera con ellos a tomar una copa pero yo no estaba dispuesta a ello» cuenta Gergia en el Daily Mail.
Al negarse, los hombres se pusieron agresivos y la agarraron del brazo forzándola a seguirlos.
«Cuando uno de los hombres me tomó por el brazo, no sabía que iba a pasar. Me sentí sola y asustada en una complicada situación».
Pero de repente un nuevo personaje entró en escena para rescatarla.
”Apareció de la nada. Empezó a ladrar y a lamerme la mano. Los hombres se detuvieron. Ella me salvó. Ella notó que algo marchaba mal» comenta Georgia Bradley.
Los hombres se marcharon y Georgia estaba muy agradecida con su nueva amiga. Tras el incidente, la perrita se fue con Georgia a su apartamento. Pepper, como así la llamó Georgia, era una perra tímida pero segura y se mantuvó cerca de la chica.
«Nos gustamos desde el primer momento. Traté de buscar a sus dueños en la ciudad, pero no encontramos a nadie. Debía volar de vuelta en los próximos días», comenta Georgia que estaba de viaje en Grecia con su novio.
La muchacha trató de dejar a la perra en un centro de acogida de animales y en un veterinario del pueblo, pero en ningún sitio se hacían cargo de Pepper. Era una perrita de la calle y era difícil encontrar un lugar donde dejarla.
«Casi todas las tardes la veniamos en los bares y restaurantes tratando de atraer la atención de los turistas. Algunas veces nos seguía y la verdad es que no sabíamos lo que ibamos a hacer con ella. Cuando tomamos el coche para ir de camino al aeropuerto, nos dimos la vuelta y la vimos corriendo detrás del coche, nos partió el corazón»
En ese momento Georgia decidió hacerse cargo de Pepper.
Una vez llegó a Inglaterra, Georgia reservó un vuelo de vuelta a Grecia y dos semanas despues volvía a por Pepper. Georgia utilizó todos sus ahorros para comprar un microchip, un pasaporte y vacunas para la perra. Después de 21 días de cuarentena Pepper pudo volar a Inglaterra.
Hoy Pepper vive junto a la pareja en Cornwall. Pero ahí no acaba la historia, la perrita ya cuando viajo a Inglaterra estaba embarazada y tuvo seis pequeños cachorros.
Cuando leemos estas maravillosas historias de amistad entre perros y personas, entendemos el dicho «el perro es el mejor amigo del hombre». Comparte también si esta historia te ha conmovido.