Cuando la perrita Silky llegó al veterinario parecía más una mopa que un perro.
Su pelaje estaba enredado, y le colgaba tierra y barro pegado al pelo, hasta el punto de que casi no podía ver.
Así que el personal decició hacerle a Silky un cambio radical de imagen, y le cortaron todo el pelaje sucio.
Debajo de todo ese pelaje sucio había una pequeña y preciosa perrita que por fin ha recibido los cuidados que necesitaba.
La foto del antes y el después. ¡Vaya diferencia!
Silky llegó al refugio de animales The San Jose Animal Care Center, en Estados Unidos. Ahora están buscándole un nuevo hogar.
Aquí abajo podéis ver el vídeo en el que la perrita recibe los cuidados que necesitaba.
¡Está guapísima con su nuevo cambio de imagen! Compártelo si te gustan los perros tanto como a mí.