El pastor alemán Alex estaba tan bravo y agresivo que ni su dueño se le podía acercar. El perro sólo ladraba y trataba de morder. Pero el hombre del vídeo le quiere ayudar a Alex, él no cree que Alex es un perro malo. Alex ha estado encadenado toda su vida y el hombre sospecha que es por eso que el perro ha desarrollado este comportamiento. Después de 25 minutos el hombre se lleva a Alex a su carro y se da cuenta que ya no está igaul de bravo y agresivo. Ahora quiere que lo soben. La próxima mañana, cuando han pasado menos de 24 horas, Max está en las piernas del hombre. Se ve tranquilo y parece que está disfrutando. Lo único que el hombre tuvo que hacer fue quitarle la cadena, y Alex se convirtió en otro perro completamente. Este vídeo es una evidencia de que ningunos perros nacen malos o agresivos, somos nosotros, las personas, que los convertimos en eso.
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