Cuando el hombre salió al bosque con su pastor alemán el empezó a sentir algo. El perro olía que había otro animal cerca. Resultaba que había un pequeño zorro en los alrededores. Apenas el perro vio la piel roja corrió todo lo que pudo entre los arboles hasta encontrar al zorro. Y sorprendentemente los dos animales se volvieron amigos. Corrían y jugaban como si no hubieran hecho otra cosa. El tiempo pasó y el verano se convirtió en invierno. Pero los dos animales seguían jugando y se volvieron mejores amigos. Personalmente me parece muy lindo ver la amistad tan inesperada que el perro y el zorro desarrollan. ¡Yo puedo seguir viendo esto mil veces!
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