Cuando Hoshi, un adorable perro American Eskimo, se quedó ciego parecía un triste final para sus aventuras.
Debido a una dolorosa enfermedad en los ojos los veterinarios tuvieron que extirpárselos.
Pero seis meses después de la cirugía, su familia tomó una decisión que le cambió la vida, o al menos facilitó que pudiera seguir viviendo aventuras.
Decidieron adoptar a Zen, un Pomeranian. Y, a pesar de las dudas iniciales de sus dueños sobre traer un nuevo perro a casa, los dos se hicieron muy amigos, más que amigos de hecho.
Los dueños dicen que este par ha desarrollado un vínculo muy especial que es incluso más profundo que la amistad, con Zen haciendo de guía para Hoshi. Los dos viajan con sus dueños, escalando, acampando e incluso haciendo kayaking.
Parece que su preocupación inicial era innecesaria, no podrían haber estado más acertados.
Mira a esta parejita viajando junta en el video de abajo.
¡Comparte esta hermosa amistad con todos tus familiares y amigos!
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