Blackie se quejaba de dolor.
Los dueños la habían metido en una bolsa de plástico y le habían puesto una cinta alrededor de la cabeza para detener el sangrado.
Su cuerpo anciano estaba en mal estado y se sentía probablemente desesperada cuando la colocaron en el coche para emprender lo que iba a ser su último viaje.
Desde el hocico a la cola, todo su cuerpo se retorcía de dolor en su propia agonía. Su cola estaba llena de heridas sin curar. Blackie había sido maltratada por sus dueños durante años.
Pero el día que éstos la abandonaron supuso para ella el cambio de su vida.
A Blackie la dejaron en un centro de protección de animales en el sur de California, en EEUU, donde ya había una masificación de animales abandonados. Su vida debía haber sido bastante terrible.
Y entonces una mujer llamada Kelly Smíšek, aparece en la vida de la perra.
Kelly se acercó a Blackie envuelta en su bolsa de basura, tal y como la habían abandonado en el centro. Tras los ojos cansados, había un brillo especial y en ellos Kelly vió amor.
Desde ese instante Kelly quedó atrapada por un sentimiento especial hacia la perra. Convenció a su marido, Andy Smíšek, para que se la llevaran a casa.
No fue muy difícil porque los dos eran amantes de los animales. La pareja había fundado una organización sin ánimo de lucro, llamada «Frosted Faces Foundation», especializada en cuidar a animales ya con una cierta edad y con una necesidad de cariño.
«Para viejos animales cuyo cariño y vida están en peligro», así se describe la propia organización en la página del Facebook.
Para animales como Blackie, cuyo dueño no sólo la abandonó en una bolsa de plástico sino que además ni siquiera contribuyó económicamente con una ayuda para el centro de protección de animales donde pudieran cuidar a Blackie.
¡Mira su cola! Se me rompe el corazón pero al mismo tiempo me hierve la sangre. No se puede maltratar a los animales de esta manera.
Cuando Blackie llegó al centro, Andy y Kelly le dieron muchísimo amor además de cuidados. Le cortaron el pelo que lo tenía muy largo, le dieron de comer y, lo más importante, le devolvieron la confianza a base de hablar mucho con ella.
«Es tan pequeña. Te apetece abrazarla y decirla que todo va a ir bien. Y nos mira continuamente para buscar seguridad», explican sus nuevos dueños en Facebook.
Cuando el médico hizo un chequeo en profundidad a la perra, descubrió que tenía cicatrices en el cuerpo, caries dental, un soplo en el corazón y un tumor cancerígeno sangrante en la cola.
Blackie había sido maltratada durante casi toda su vida, constató el médico.
Tuvieron que amputarle la cola para evitar que el cáncer se propagara. Por fortuna no se había extendido al resto del cuerpo. Blackie tenía un ángel de la guarda.
Tras la operación, Blackie comenzó a recuperarse y a disfrutar de la vida. Ahora saltaba y jugaba de una manera que nunca antes lo había hecho desde que había llegado al centro en esa bolsa de plástico.
Kelly y Andy deseaban darle un nuevo hogar. El médico les explicó que probablemente Blackie disfrutaría de tres o cuatro saludables y entrañables años junto a sus nuevos dueños.
El 29 de abril finalmente Blackie pudo ir a su nuevo hogar.
Kelly y Andy publicaron una fotografía y escribieron en facebook que Blackie «era como una pequeña bola de fuego preparada para su nueva vida».
Mucha gente preguntó cómo le había ido a Blackie, esa perrita que había sido abandonada en una bolsa de plástico en un centro de protección de animales. Contaron que la perra estaba muy bien y disfrutando con sus nuevos dueños.
¡Incluso parece que le habían cambiado de nombre!
«Tiene un nuevo nombre, Betty. Y su nueva familia la adora» escriben los dueños.
La vida de Betty estuvo marcada por la tragedia y el dolor. Pero en sus últimos años de vida podrá disfrutar de un cálido hogar. Como si le hubiese llegado su merecida pensión.
A pesar de haber sido maltratada anteriormente ella es capaz de entregar todo su amor, es increíble y precioso. Espero que todo le vaya realmente bien.
Comparte con tus amigos si también le deseas mucha felicidad a Betty.