El gobierno de Castilla León, en España, anunció una medida inédita al prohibir que se mate a reses de lidia en presencia del público, como sucede con el espectáculo del Toro de Vega, en la localidad de Tordesillas, una tradición que se remonta al año 1534. Esta festividad, que consiste en lancear con picas al animal hasta la muerte, ha sido condenada ampliamente por organizaciones en defensa de los animales que denuncian semejante maltrato.
El gobierno de la comunidad de Castilla y León decidió adaptar esta tradición a las sensibilidades del siglo XXI prohibiendo que el toro muera lanceado.
La medida ha sido celebrada por el partido animalista PACMA, que tiene como fin terminar con los festejos taurinos.
El decreto todavía debe ser convalidado por las Cortes autonómicas en un mes y afectará no sólo al Toro de Vega sino a todos los espectáculos que involucren la participación de animales.
La noticia ha caído muy mal entre los miembros del Patronato del Toro de Vega, quienes aseguran que es imposible seguir con el espectáculo sin la muerte de la res.
No es la primera vez que se prohíbe matar al Toro de Vega. Entre los años 1966 y 1970, durante la dictadura de Francisco Franco, también se tomó esta medida con el objetivo de distinguir los espectáculos taurinos de prácticas populares salvajes que daban mala reputación al país.
Pero la presión de vecinos y autoridades locales hizo que se perpetuara esta tradición hasta la actualidad.
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