Este perro y este gato nos demuestran lo que es una amistad para toda la vida

¿Cuántos ejemplos más necesitamos para convencernos de que la rivalidad entre gatos y perros en realidad no existe?

Hoy les quiero dar a conocer otra historia que corrobora esto. Tiene como protagonistas a Charlie y Scout, un perro y un gato inseparables que desafortunadamente tuvieron que despedirse demasiado pronto.

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Cuando el gato Scout llegó a la casa apenas tenía 5 semanas de vida. Estaba completamente desorientado pero ahí estaba Charlie para protegerlo.

Charlie era el perro de la familia y se encargó de cuidar al gatito.

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Los dos comían y dormían juntos. Cuando Scout se hizo adulto los dos seguían compartiendo cama, los dos habían creado un vínculo inseparable, eran una auténtica familia.

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Ambos pasaban mucho tiempo juntos, hasta que un día llegó la mala noticia: Charlie tenía cáncer. Tumores invadieron todo su cuerpo.

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El perrito luchó todo lo que pudo hasta que su cuerpo no pudo más y murió.

Scout se quedó desolado sin su amigo, tanto que su dueño tomó la decisión de colocar una computadora con la fotografía de Charlie en el lugar donde ambos dormían.

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Obviamente el gatito lo entendió y, no queriendo separarse de su amigo, durmió junto a la computadora las noches siguientes.

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La escena honestamente me dio ganas de llorar. Es tan difícil despedirse de un amigo y a medida que pasan los años uno tiene que aprender a hacerlo.

Por favor, comparte la historia de Scout y Charlie, no sólo para desmitificar la eterna y asumida enemistad entre perros y gatos, sino para demostrar que tienen sentimientos y saben lo que es una verdadera amistad.

 
 

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