Un día Susan Hickman vio un huevo de pájaro en el piso, no pensó más en eso, pero luego cuando tomó el huevo vio que había algo dentro de el.
En el huevo había un pajarito, probablemente acabado de nacer. El cuerpo estaba desnudo y los ojos estaban cerrados. Susan miró alrededor para ver si podía encontrar a la mamá, pero no encontró a nadie. Ella entendió que el pajarito no iba a sobrevivir así que ella decidió tratar de salvarlo. Ella le puse el nombre Klinger.
Pero no es muy fácil cuidar a un pajarito recién nacido ya que hay que darle comida cada 20-30 minutos el primer día.
Susan le dio comida al animalito con ayuda de una pipeta.
De alguna forma el pajarito sobrevivió el primer día…
…y el próximo día.
Abrió los ojos y le salieron plumas…
…y creció y se convirtió en un pájaro grande.
Klinger se volvió como un miembro de la familia.
Susan había decidido soltarlo cuando estuviera bien fuerte y bien de salud.
Pero ella entendió que Klinger era un animal de compañía, no conocía otra vida. No iba a sobrevivir solo.
Así que el pajarito se va a quedar con Susan. Y Klinger parece estar feliz con esa decisión.
¡Qué suerte que Susan lo salvó. Aquí puedes ver un vídeo sobre Susan y Klinger.
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