El perro Charlie vivía en las calles de los Angeles, Estados Unidos. Nadie se preocupaba por él, pero un día un refugio lo salvó. Pero lo que pasa es que la mayoría de los refugios sólo pueden tener a los perros por una o dos semanas. Ellos hacen todo lo posible para encontrarles nuevas familias, pero si nadie adopta a los perros los tienen que sacrificar. Paro a Charlie le dieron una segunda oportunidad. Él estaba muy sucio y su pelo estaba todo enredado, pero los del refugio lo lavaron y lo afeitaron. Dos días después alguien adoptó a Charlie. Las personas que ayudan a estos perros realmenet son unos héroes. Pero no nos podemos olvidar de todos los otros perros callejeros. Hay miles de perros que están en la situación de Charlie y todos los perros se merecen una segunda oportunidad.
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