Kayla, una joven estudiantes de Estados Unidos, decidió un día visitar un refugio de animales.
Cuando llegó al refugio se encontró con Russ, una perrita que habían encontrado en una jaula y se encontraba en muy mal estado.
Tenía infección en un ojo, la cola ensangrentada, se rascaba constantemente y estaba muy desanimada.
Kayla decidió sacarla un momento. La perrita se quedó a su lado y apoyó la cabeza en Kayla.
Kayla volvió al día siguiente. Esta vez decidió llevarla a pasear por el bosque. Russ se apoyó en las rodillas de Kayla y sintió directamente que había un lazo muy especial entre ellas. Tenía que adoptarla.
Llevan dos semanas juntas y son inseparables. Cuando Kayla se sienta en el sofá a estudiar, Russ se sienta siempre a lado, muy cerca.
Qué bien que se encontraron la una a la otra. ¡Comparte esta preciosa historia y sus tiernas imágenes!