Un perro puede ser mucho más que sólo una mascota dulce, puede ser otro miembro de la familia al que quieres y cuidas como si fueras su padre o madre, o como un hermano.
Para Sally, de 92 años, la vida cambió cuando su esposo falleció.
Pero un cuadrúpedo estaba por llegar para darle una nuevo sentido a la vida.
Hace más de 60 años, en 1953, Sally se mudó a Estados Unidos desde su país natal, Holanda. Ahora tiene 92 años, pero ha vivido sola desde 1990, el año en que falleció su esposo. Sus hijos viven lejos, así que no tiene mucha compañía.
Hace poco su vecino tuvo que despedirse de un querido miembro familiar al fallecer el perro Blizzard, pero pronto decidieron comprar otro perro, el San Bernardo Brody, un cachorro de 15 semanas. Pero el primer día que llegó a la familia se escapó de la casa.
Pero se detuvo frente a la casa de Sally – y a partir de aquel día han sido mejores amigos.
Brody entró a la casa de Sally y desde entonces han hecho un montón de cosas juntos, Brody acompaña a Sally a todos lados y el dueño del perro siempre lo encuentra al lado de ella.
Independientemente de si Sally está sentada viendo la televisión o si está arreglando en el jardín, Brody se queda a su lado, son como dos amigos que nunca quieren estar sin la compañía del otro.
Brody ha ayudado a Sally a volver a sus raíces, porque creció en una granja con muchos perros, y ahora ha vuelto a sentir felicidad en la vida.
Hasta cuando Sally va a la iglesia, Brody la acompaña, a este San Bernardo bonito también le gusta acompañarla en sus vueltas en el auto o sólo para ir a buscar el correo.
Después de un tiempo duro y sola, ahora Sally ha vuelto a tener una chispa en la vida, está más activa que en mucho tiempo, gracias a su amigo peludo de cuatro patas.
Es realmente una evidencia de cómo los perros pueden tener un efecto positivo, en muchos sentidos, en las vidas de los humanos.
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