Cuando un perro llega a una nueva casa, al animal le lleva un tiempo adaptarse - especialmente si el perro ha dejado a trás a su amado dueño.
Y cuando hay varias mascotas en casa, el proceso puede llevar más tiempo, porque el nuevo perro también necesita tiempo para acostumbrarse a la familia y a sus otros miembros de cuatro patas.
Cuando el hijo de Sheree Lewis fue enviado a Afganistán para su servicio militar, ella se quedó al pitbull de su hijo, Jack. Además del perro estaba la gata de Sheree, Kitti, en la casa y los dos animales se llevaron sorprendentemente bien.
Pero Sheree no tenía idea de todo lo que Jack era capaz de hacer por su nuevo amigo felino.
Un día, dos coyotes aparecieron y atacaron a Kitty. Sheree se quedó paralizada del miedo cuando uno de los coyotes agarró a Kitty del cuello y el otro mordió su cola.
Sacudieron violentamente al gato y Sheree estaba segura de que Kitti iba a morir trágicamente.
Y ahí fue cuando Jack se dio cuenta de que estaba ocurriendo algo terrible y decidió actuar...
El pit bull corrió al lugar y persiguió a los coyotes hasta que soltaron a Kitty.
Sheree inmediatamente se llevó a la gata herida al veterinario y, gracias a Jack sobrevivió. La trataron por múltiples heridas serias, pero probablemente no habría sobrevivido sin su fiel amigo.
Pero Jack no estaba contento sólo con salvar la vida de Kitty. Cuando ésta volvió a casa del hospital de animales, Jack estuvo todo el tiempo pendiente de ella para asegurarse de que se sentía mejor.
La historia de Jack y Kitty es una prueba más de que la amistad entre animales no tiene límites.
Los animales tienen una habilidad única de ayudarse los unos a los otros, más allá de su forma, raza o especie.
¡Por favor, comparte esta historia si también piensas que Jack merece reconocimiento por su heroismo!
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