Como las madres humanas, las vacas y muchos otros animales tienen un fuerte instinto maternal.
Cuando una vaca, llamada Karma, fue rescatada por un santuario de animales, lloró durante días.
La gente que la rescató no sabía el por qué. Pero cuando notaron que Karma sacaba leche, preguntaron a su antiguo dueño y lograron solucionarlo.
El santuario Gentle Barn trae animales abusados o descuidados a su santuario en Tennessee y les proporciona una vida sin miedo, hambre o abusos.
El santuario ha traído a muchos animales a lo largo de los años. Pero en 2009, su personal vivió una situación que nunca olvidará.
La historia empieza como muchas otras. Se llevaron a una vaca llamada Karma, pero estos amigos de los animales no sabían que el anterior dueño de Karma les había ocultado algo: algo que hizo llorar a Karma durante días.
Resulta que el anterior dueño de Karma no les dijo que la vaca había dado a luz justo antes de que se la llevaran. Para empeorar las cosas, probablemente iba a sacrificar a la cría de Karma para vender su carne.
Cuando el personal de Gentle Barn se dio cuenta actuó rápido. Fueron a buscar al antiguo dueño y le pidieron que le devolviera la cría a su madre.
Afortunadamente, lograron persuadirlo e imediatamente colocaron a su cría en el camión para llevarla al santuario.
Tan pronto como Karma la vio corrió lo más cerca posible. Las lágrimas de Karma ahora eran de felicidad.
La cría estaba tan cansada que colapsó al lado de su madre, pero un rato después recibió la nutrición que necesitaba.
Y Karma ahora es la vaca más feliz del mundo.
Esto realmente demuestra que existe un vínculo especial entre madre e hijo, sin importar la especia.
No pudimos evitar arrojar lágrimas con este reencuentro. Mira el hermoso momento aquí abajo:
¡Qué gran reunión la de Karma y su cría! Por favor, no olvides compartir esta historia con tus amigos amantes de los animales.