Ustedes saben esa sensación cuando uno tiene una galleta de chocolate y la unta en una taza de leche. ¿Puede haber una combinación más buena? La galleta crujiente se pone más dulce con la leche fría y el sabor del chocolate se multiplica por mil. Esto además es mucha nostaligia para mí, porque yo siempre comía galletas untadas de leche cuando era pequeña, aunque mi mamá de vez en cuando me regañaba. Porque uno no debe jugar con la comida. Pero hasta ahora, ya que soy adulta, sigo metiendo la galleta en la leche. Cuando veo a este chico llenar una taza con masa de galleta pienso que está medio loco, pero sigo mirando y cuando veo el resultado salto de felicidad. Una taza de galleta llena de leche, ¿puede haber algo mejor? Esto lo tengo que probar este fin de semana. Además estoy segura que le va a encantar a los niños.
1. Ponle grasa a una taza para que no se pegue la masa.
2. Echa 300 gramos de mantequilla, 1 dl de acúzar blanca, 1/2 dl azúcar morena y un huevo en un recipiente. Revuelve bien
3. Echa 3 dl de harina y revuelve bien.
4. Echa chips de chocolate y mete la masa a la nevera por 30 minutos para que sea más fácil trabajarla después.
5. Esparce la masa en la taza, trata de que no quede muy gorda la capa.
6. Utliza algo para presionar la masa si no lo puedes hacer con las manos.
7. Corta la masa que queda colgando en el tope.
8. Mete al horno por 15-20 minutos en 175 grados. Saca y deja enfriar por 30 minutos. Échale chocolate derretido.
9. Voltea la taza con cuidado para que salga la galleta. Mete la galleta en el congelador por 20 minutos para que el chocolate se ponga duro.
10. ¡Luego éhale leche a la taza de galleta y disfruta!
Aquí puedes ver un vídeo con toda la receta, paso a paso.
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