Dos mujeres intercambian historias de ‘cómo morí’ en el cielo, y el remate no tiene precio

¡Me encontré con esta divertida historia y tenía que compartirla! Es un giro divertido de lo que podría suceder si dos mujeres se encontraran en el cielo e intercambiaran sus historias de «cómo llegaste aquí».

Así fue:

Mujer 1: ¡Hola! ¡Mi nombre es Wanda!

Mujer 2: ¡Hola! Soy Lynne. ¿Cómo moriste?

Mujer 1: Me morí congelada.

Mujer 2: ¡Qué horrible!

Mujer 1: No fue tan malo. Después de dejar de temblar por el frío, comencé a sentir calor y sueño, y finalmente tuve una muerte pacífica. ¿Cómo moriste tú?

Mujer 2: Yo… morí de un infarto. Sospeché que mi marido me estaba engañando, así que llegué temprano a casa para sorprenderlo en el acto. Pero en lugar de eso, lo encontré solo en el estudio viendo la televisión.

Mujer 1: Entonces, ¿qué pasó?

Mujer 2: Estaba tan segura de que había otra mujer en algún lugar que comencé a correr por toda la casa buscando. Subí corriendo al ático y busqué, y bajé al sótano. Luego miré todos los armarios y miré debajo de todas las camas. Seguí así hasta que busqué por todas partes y finalmente me cansé tanto que me desplomé de un ataque al corazón y morí.

Mujer 1: ¡Qué pena que no hayas mirado en el congelador! ¡Las dos estaríamos aún vivas!

Recuerda, la risa es la mejor medicina, ¡así que asegúrate de enviársela a alguien a quien quieras alegrarle el día! ¡Y no te pierdas el siguiente chiste!

HISTORIA ADICIONAL: 4 MONJAS VAN AL CIELO

Un autobús lleno de monjas cae por un barranco y todas mueren. Llegan a las puertas del Paraíso y conocen a San Pedro. San Pedro les dice: “Hermanas, bienvenidas al Cielo. En un momento las dejaré pasar a todas por las puertas del paraíso, pero antes de hacerlo, debo hacerles a cada una una pregunta. Por favor, formen una fila india”.

Las monjas así lo hicieron y San Pedro se vuelve hacia la primera de la fila y le pregunta: “Hermana, ¿alguna vez ha tocado un pene?”.

La hermana responde: “Bueno, hubo una vez… que… toqué uno con la punta de mi dedo meñique…”.

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San Pedro dice: “Muy bien, hermana, ahora moje la punta de tu dedo meñique en el agua bendita y podrá entrar”.

Ella lo hace y entra al Cielo. San Pedro se vuelve hacia la segunda monja y le dice: “Hermana, ¿alguna vez ha tocado un pene?”.

“Bueno… hubo una vez… que sostuve uno por un momento…”.

“Muy bien, hermana, ahora lávese las manos con agua bendita y podrá entrar”.

Así lo hace y entra al Cielo. En ese momento, se oye un ruido, un empujón en la fila. ¡Parece que una monja está tratando de colarse!

San Pedro ve esto y le pregunta a la monja: “Hermana Susana, ¿qué es esto? ¡No hay prisa!”.

La hermana Susan responde: “Bueno, si voy a tener que hacer gárgaras con el agua bendita, prefiero hacerlo antes de que la hermana Mary meta el culo en ella”.

¡COMPARTE si te reíste!

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