Mejor que lo admita desde ya. Soy una glotona. Comerme algo dulce, como una galleta, me llena de alegría y satisfacción. Especialmente un día lluvioso y gris como este.
Pero no me gustan las recetas complicadas con muchos ingredientes. Por eso me emocioné cuando encontré esta receta. Con unos pocos ingredientes ella hace unas super galletas y ni tiene que prender el horno. Y lo mejor de todo. Se ve brutalmente rico. Yo lo voy a probar algún día, ojalá a ustedes también les gusten y se acuerden de esto la próxima vez que les da ganas de algo dulce.
Lo que necesitas:
La base: 200 g de galletas digestive (medio paquete) 0,75 dl (decilitros) de mantequilla 0,75 dl de mantequilla de maní
Para lo de arriba: 200 g de chocolate con un alto contenido de cacao (55-70 %) 4 cucharadas de mantequila de maíz
Pon las galletas en la licuadora hasta que estén como polvo. Pon la mantequilla en una olla y derrite.
Pon un decilitro de mantequilla de maní y echa la mantequilla derretida. Mezcla hasta que tengas una masa firme.
Pon papel vegetal en una forma, elige una forma con borde alto para que puedas poner la masa hasta por los lados. Utiliza una cuchara para que te quede una superficie lisa sobre toda la forma.
Derrite el chocolate junto con las dos cucharadas de mantequilla de maní
Derrite dos cucharadas más de mantequilla de maní en una olla.
Echa el chocolate derretido sobre la masa en la forma. El chocolate debe cubrir toda la masa.
Pon chorritos de la mantequilla de maní derretida.
Con ayuda de un cuchillo puedes crear las formas que quieres. Simplemente jala el cuchillo en círculos o como quieras.
Mete a la nevera por dos horas.
Corta el pastel en cuadrados más pequeños y luego está listo para servir. ¿Cierto que es fantástico que se puede hacer un pastel así de bueno sin tener que prender el horno?
Vídeo-receta.
Si quieres ver más artículos como este ponle like al botón de abajo.