Le llaman “basura” al niño por ser adoptado – pero escucha lo que dice el hermano a su defensa

No importa si se ven muy a menudo o solo esporádicamente pero los hermanos siempre tendrán un lazo fuerte, una unión única que no es fácil describir con palabras pero que está ahí.

Esta historia se trata del amor entre hermanos y de cómo siempre están pendiente los unos de los otros cuando más se necesitan.

He encontrado este cuento en varias versiones por internet y no estoy seguro de si lmente sucedió, pero el mensaje que deja es tan fuerte que quiero compartirlo con vosotros, porque a mí me llegó directo al corazón.

Jimmy tenía cinco años cuando adoptaron a Neil.

Todavía recuerda el día en el juzgado cuando el juez  le pidió que se acercara solo y le dijo: ”Hoy no son sólo tu mamá y tu papá los que aceptan la responsabilidad de criar a otro niño, también cuento contigo, que compartas esa tarea, ser hermano mayor significa que este bebé te verá como un modelo y confiará en tí, ¿estás listo para esa tarea?”.

Aunque sólo tenía la edad de la guardería, Jimmy se tomó las palabras del juez muy en serio.

Neil creció y decía que lo máximo en este mundo era ser ”adoctado”, como él solía llamarlo.

Sus padres deben haber leído todos los libros que existen sobre cómo explicar algo tan complicado para un niño, porque hicieron un trabajo excelente.

No sólo se sentía orgulloso, también se sentía aún más especial que si no fuera adoptado.

Cada vez que tenía la oportunidad independientemente de ser un día ordinario o durante algún evento especial como un concurso o una fiesta de cumpleaños, igual se levantaba para explicar a su entorno que tenía una “madre de vientre” y una “madre de corazón”.

A  veces iba tan lejos que Jimmy se podía sentir olvidado.

Cuando Neil tenía ocho años se encontró con alguien que no compartía su idea de qué significa ser adoptado.

Andy, un niño en quinto curso que tomaba el mismo autobús al colegio que Neil, no tenía muchos amigos en la escuela, pero era muy duro y cruel con los niños menores que él en el transporte escolar.

Un día, sin razón alguna, gritó desde los asientos traseros del autobús: ”Oye Neil, ¿sabes lo qué realmente significa ser adoptado?”.

Neil se puso nervioso porque Andy nunca se había dirigido directo a él antes.

Y Andy sonaba molesto, como si Neil hubiera hecho algo que le había puesto de mal humor.

Neil ya sabía que no valía la pena decir algo contra Andy y su estilo de superioridad, así que decidió no contestar.

Andy gruñó: ”Significa que tu madre de verdad te tiró en la basura”.

El autobús se quedó en silencio total.

”Oíste correctamente, la basura, tuviste suerte de que habiese alguien que te recogiera antes de pasar el camión de basura para demolerte.”

Neil sentía un nudo en la garganta.

Trató de bajar del autobús en la siguiente parada, a pesar de estar todavía lejos de casa, pero el conductor se negó a dejarlo bajar.

Todos estaban hablando pero él no oía ni una palabra.

En el mismo momento que se abrieron las puertas delante de la casa se bajó y fue corriendo hacia la puerta de la casa.

Jimmy ya había regresado a casa y estaba sentado con su madre en la cocina, donde le esperaba su leche y galletas.

”¿Qué te ha pasado?” preguntó su mamá inmediatamente, con aquel instinto que tienen las madres que les hace entender cuando sus hijos están preocupados o tristes sin que hayan dicho ni una palabra.

Neil contó lo que Andy había dicho.

La madre quedó perpleja en la silla, no conseguía las palabras adecuadas para decir, sabía que ningún consejo de aquellos libros podría borrar la tristeza que Neil sentía en ese momento.

Cuando ella se estiró para abrazarlo, él se movió para evitar el abrazo.

Instintivamente comenzó a buscar el teléfono para llamar al papá.

De repente se levantó Jimmy, rodeó la mesa para llegar a la silla donde Neil estaba sentado, llorando con el rostro enterrado en sus manos.

”Neil…”, dijo lentamente. ”Sólo piensa en lo que sí es la verdad, los bebés no se dejan en adopción porque nadie se preocupa por ellos, los bebés son adoptados sólo porque hay personas que los aman y mucho”.

La madre se detuvo, paró de marcar el número y Neil levantó la cabeza.

Algunos dicen que la verdad duele, pero a veces ayuda, cuando viene directo del corazón.

¡Comparte esta historia para mostrar el aprecio a todos los hermanos maravillosos de este mundo que brindan su apoyo cuando más se necesita!

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