La pequeña sufre un síndrome que le impide comunicarse y moverse como cualquier niño de su edad, pero eso no impidió que pasara un momento único con su héroe.
Las estrellas deportivas pueden convertirse en buenos modelos a seguir y esta historia es un buen ejemplo.
Cammy Babiarz tiene 5 años y no ha tenido mucha suerte en la vida. Nació con el síndrome Rett, una enfermedad hereditaria que afecta casi exclusivamente a niñas.
Si el síndrome se desata afecta el desarrollo del cerebro llevando a, entre otras cosas, serios problemas y dificultades de movimiento.
Por este motivo, Cammy no puede caminar, hablar o comunicarse como la mayoría de niños de su edad. Pero sí se expresa con sus ojos, sonrisa y risas.
A ella le encanta el hockey y sobre todo los Chicago Blackhawks. En particular le gusta uno de sus jugadores: Duncan Keith.
Los Chicago Blackhawks tienen, al igual que muchos otros clubes de hockey, campañas para hacer cosas por sus seguidores. En el caso de los Chicago, sus hinchas tienen la oportunidad de conocer a sus ídolos a través de la campaña #Whatsyourgoal.
La madre de Cammy, Jackie, envió una foto de su hija con la pregunta: ¿Podría Cammy conocer a su héroe Duncan Keith y marcar un gol?
Al club le encantó la sonriente Cammy e invitaron a la familia a participar en una sorpresa muy especial.
Cammy esperaba en la sala de taquillas de los jugadores, cuando de repente la puerta se abrió….
¡En la puerta apareció su héroe Duncan Keith y apenas podía creer lo que veían sus ojos!
“Tiene cinco años, adora a los Blackhawks, pero estábamos un poco preocupados de que no le reconociera (a Keith) fuera del hielo”, dijo su padre, Bill.
Como no puede hablar, Cammy utiliza una herramienta llamada Tobii para comunicarse. Obviamente aprovechó para hablar con su ídolo. Le preguntó cuántos dientes había perdido durante su carrera. Cammy le dijo que ella había perdido cinco, mientras que la estrella del hockey le respondió que perdió un total de 10.
Pero lo mejor vino después. Cammy se preparó para unirse a Duncan en la pista de hielo. Con la ayuda de un arnés se acopló a Duncan, que con cuidado patinó con ella por la cancha. También marcaron su primer gol juntos.
Cammy no puede hablar, pero sus expresiones faciales valen más que mil palabras.
Casi lloro viendo esto. Por favor, comparte esta historia tus amigos si también te conmovió el modo en que pequeños gestos pueden hacer tanto por alguien.
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