Esta es una asombrosa historia del poder de las redes sociales. Mark Cropp, un joven neozelandés, se encontró en una encrucijada tras cumplir una condena de dos años y tres meses de prisión por una venta de drogas.
Durante su estancia entre rejas, Mark, desesperado por empezar de cero al salir, tomó una decisión que afectaría profundamente a su vida.
Una noche, en su celda de la cárcel, fuertemente intoxicado con alcohol casero hecho de manzanas fermentadas, pan y azúcar, Mark y su hermano tomaron una decisión que cambiaría su vida…
El tatuaje de la cara
En un arrebato, decidieron tatuar la cara de Mark con su apodo utilizando una tinta improvisada con pasta de dientes y cuchillos y tenedores de plástico derretidos. El enorme tatuaje negro resultante, en el que se leía «Devast8» en la mandíbula y la parte inferior de la cara, acabaría convirtiéndose en un símbolo de arrepentimiento.
Al salir de la cárcel, Mark se enfrentó a la dura realidad del desempleo. Aunque estaba ansioso por reintegrarse en la sociedad y mantener a su pareja y a su hija, pronto descubrió que su enorme tatuaje en la cara lo hacía prácticamente imposible. A pesar de su experiencia laboral previa, la tinta visible desanimó a los posibles empleadores, por lo que Mark no pudo encontrar trabajo.
Mark explicó al Daily Mail Australia el significado del tatuaje: «Durante mucho tiempo destrozaba todo lo que tocaba. Acababa destrozando a todos los que conocía o a los que me acercaba».
Y continuó: «Se decepcionaban con algo que yo había hecho o dicho; siempre oía “eso es muy triste”. Una vez empezado, pensé que ya no podía volver atrás. Para ser sincero, ojalá lo hubiera dejado mientras tenía oportunidad». «Antes de darme cuenta tenía esto en la cara… Estaba hinchada como una calabaza sangrienta», dijo.
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Desesperado por encontrar una solución, Mark buscó formas de eliminar el tatuaje, pero se encontró con limitaciones económicas y falta de profesionales dispuestos a hacerlo. La eliminación con láser, la opción más viable, requería numerosas sesiones y tenía un coste considerable. Así que Mark buscó ayuda en las redes sociales.
A través de Facebook, Mark compartió un selfie en el que mostraba su característico tatuaje y pedía trabajo y la oportunidad de empezar de nuevo. Su sincera petición no tardó en ganar adeptos en la plataforma, captando la atención del personal de Sacred Tattoo, un salón de tatuajes de Auckland.
Nuevos comienzos
Sacred Tattoo, conmovido por la historia de Mark y consciente de la oportunidad de ejercer una influencia positiva, decidió llevar a cabo un extraordinario acto de bondad. El salón de tatuajes, conocido por su compromiso con la comunidad, se ofreció a ayudar a Mark ofreciéndole sesiones gratuitas de eliminación con láser para borrar el tatuaje «Devast8» de su cara.
Este generoso gesto de Sacred Tattoo no solo puso de manifiesto el poder transformador de las redes sociales, sino que también demostró el impacto de la compasión.
Mark también consiguió un puesto en la empresa de andamios PR Contracting.
¿Qué opinas de esta historia? ¿Crees que todo el mundo merece una segunda oportunidad en la vida? Háznoslo saber en los comentarios.