Cuando oigo la palabra banda de moteros, normalmente pienso en personas rudas con grandes motocicletas, pero muchas veces juzgamos el libro por su portada sin saber quiénes realmente son.
Esta banda de moteros estaba esperando en los alrededores de una tienda durante varios días. Cuando al fin los dueños abrieron, estos hombres de gran tamaño entraron. Cuando salieron, unos minutos más tarde, los demás quedaron boquiabiertos al comprender qué había comprado la banda.
Esta banda de moteros llegó al aparcamiento con sus motos ruidosas y sus gafas oscuros.
Fue un lunes, cinco días antes de que la tienda tuviera sus rebajas más grandes de todo el año. Los hombres con sus grandes motos se instalaron en la entrada de la tienda de bicicletas.
Mucha gente miraba a los hombres con desconfianza, parecían estar marcando territorio. Cuando llegó el viernes de las ofertas, quedó claro que sus intenciones nunca habían sido malas.
Un miembro de la banda se acercó al cajero y dijo que quería comprar todas las bicicletas de la tienda, 200 unidades.
Resulta que la banda nunca había tenido intenciones malas, más bien estaban decididos de ayudar a unas personas especiales.
Montaron las bicicletas en un camión y las llevaron a una organización que cuida de familias pobres y sin hogar.
No fue la primera vez que la banda hizo un gesto tan generoso, cada año reúnen dinero para poder poner una sonrisa en los rostros de las familias necesitadas.
Es muy fácil tener prejuicios sobre otras personas, pero el gesto de esta banda de moteros me llegó al corazón.
A pesar de que se vean rudos y peligrosos cuando pasan con sus motos ruidosas, de hecho han mostrado que son como cualquier persona, son amables, con empatía y con corazones de oro.
Independientemente de cómo nos vemos, de dónde vinimos o quiénes somos, debemos tratar a otros en la misma manera, ¡Comparte este artículo con tus amigos en Facebook para aplaudir el gesto de esta banda de moteros y su generosidad!
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