Fabián Guerrero era futbolista, y Kristian recuerda bien la primera vez que lo vio en el instituto. Era muy guapo y sintió directamente mariposas en el estómago cuando él pasó por su lado. Pero pasó mucho tiempo hasta que finalmente se convirtieran en pareja.
Tres años después de ese día, por fin Fabián puso sus ojos en Kristian, y cuando lo hizo, ya no pudo apartarlos jamás.
El 14 de noviembre de 2015 se casaron.
Los dos se pusieron a trabajar justo después de terminar la secundaria, pero Fabián quería que Kristian continuase con sus estudios para cumplir su sueño de convertirse en esteticista, e insistió e insistió hasta que al final, con la promesa de Fabián de hacerse cargo de la economía de la casa, se atrevió a comenzar a estudiar de nuevo.
Cuando sólo habían pasado dos meses del inicio de sus estudios, recibieron una feliz noticia, Kristian estaba embarazada. Aunque no estaba planeado, los dos estaban muy felices. La fecha de la llegada del bebé era Nochevieja.
El 1 de agosto de 2016 la pareja tenía un ecografía, pero no quisieron que el médico les revelase del sexo del bebé, querían que se supiera en una fiesta que iban a organizar para toda la familia, escribe The Adviser.
La fiesta estaba prevista para el dieciocho de agosto, pero nunca se celebró.
El dos de agosto Fabián, Kristian y su bebé aún no nacido iban de camino a su casa, desde Tejas, donde iban a celebrar que Fabián había conseguido la residencia permanente, por la que había luchado desde que emigró desde México.
Kristian conducía. Lo único que recuerda es que otro vehículo lo embistió y ella trató de evitarlo. Después, todo estaba negro. Detrás del volante del otro automóvil estaba Shana Elliot, de 21 años. La joven había bebido alcohol antes de sentarse al volante.
Fabián murió en el acto, y Kristian fue llevada herida al hospital. Los latidos del corazón del bebé era muy débiles cuando llegaron al hospital, y acabó dándose por vencido. Kristian se vio obligada a dar a luz a su hijo muerto, algo que no tendría que haber hecho si Shana no hubiese decidido conducir después de haber bebido.
El dos de agosto va a ser siempre un día negro en la vida de Kristian, pero no quería que Fabián y Fabián Junior hubiesen muerto en vano, y por eso escribió esta publicación en su perfil de Facebook:
Por favor, ayúdanos a compartir la historia de Kristian para que todos entiendan las horribles consecuencias de sentarse al volante cuando uno ha bebido alcohol o consumido drogas.