La cirugía estética es muy común en muchos lugares del mundo, sin embargo hay muchas personas que nunca podrían pensar en pasar por el quirófano para mejorar su aspecto, algo comprensible ya que conlleva sus riesgos, y luego uno nunca sabe si el resultado será el deseado.
Anna Craft, de 44 años, estaba dispuesta a que un cirujano plástico cambiase todo su cuerpo, de pies a cabeza, pero no cualquier cirujano, su marido.
En los años que llevan casados, ha ido operando a su mujer para hacerla «perfecta».
El cirujano plástico Phillip Craft conoció a su mujer en la tienda de regalos que había en el hospital donde él estudiaba medicina. Se casaron y tuvieron dos hijos. Tras el segundo parto, en 2005, Anna no se sentía bien con su cuerpo, que obviamente había cambiado.
Anna veía cómo mujeres de 60 años salían perfectas de la clínica de su marido y entonces pensó que ella también quería verse así, cuenta a Inside Edition.
Experimentando con su esposa
Phillip y Anna acordaron que iban a mejorar su abdomen tras el embarazo.
Pero lejos de parar ahí, le diseñó a su esposa un nuevo cuerpo.
Le operó el pecho, le hizo una liposupción, le rellenó los labios, le puso implantes en los glúteos, botox en la cara y le hizo depilación permanente.
Las palabras de esta madre de 44 años
Ahora hay pocas cosas de esta mujer que no estén retocadas. Y ella misma dice que está muy satisfecha con el resultado de las operaciones.
«Mi marido me ha dado este increíble cuerpo», cuenta Anna a Inside Edition.
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Esta historia me ha confirmado que la obsesión por nuestro aspecto está totalmente fuera de control. ¿Qué opinas tú? Compártelo con tus conocidos en Facebook si también opinas que estos temas hay que hablarlos.