Hay mujeres dispuestas a hacer lo imposible para lucir el vestido perfecto el día de su boda y Tania Jennings de Inglaterra sabía que la prenda ideal sólo podía confeccionarla ella misma. Esta mujer de 39 años y madre de dos niños se pasó siete meses, unas 1.000 horas, tejiendo su vestido de boda a base de crochet.
El fruto de sus esfuerzos lo lució en su ceremonia en junio de 2015 en la histórica iglesia de St. Pancras.
Cuenta que el diseño lo sacó de internet y lo tejió en morado porque es el color favorito de su marido. En todos esos meses casi nunca paró de tejer y muchas noches ni dormía.
El vestido es toda una filigrana de hilos, compuesto por 150 piezas individuales. ¡Pasaron tres semanas armándolo todo!
¡A mi me parece que su vestido quedó increíble!