Un día un vagabundo llegó hasta la cafetería Abi, en Mineapolis, en los Estados Unidos.
El hombre miró a los ojos a Cesia y le pidió dinero.
”¿Por qué no tienes trabajo?», le contestó Cesia, y continuó: «Sabes que nadie obtiene nada gratis ¿verdad?»
El vagabundo, Marcus, le explicó a Cesia que un trabajo era lo que más deseaba, pero como tenía un largo historial de delitos, era difícil encontrar a alguien que confiase en él.
Ella, en lugar de pedir al hombre que se fuera el local, hizo algo que es una gran inspiración para todos…
Cesia Abigail es la dueña de Abi’s Cafe, en Minneapolis, en Minnesota (Estados Unidos).
Ha luchado mucho por mantener su cafetería a flote, la economía ha sido complicada.
Hace medio año un hombre sin hogar, llamado Marcus, llegó a su cafetería y le pidió dinero.
Cesia sintió pena por el hombre, pero no tenía dinero que ofrecerle.
Para ella misma, llegar al final de mes era un reto, le sobraba el trabajo pero el dinero casi no le llegaba para sacar el negocio adelante. Necesitaba ayuda en el restaurante.
«Ese día andábamos cortos de personal», cuenta Cesia en Facebook.
”Así que le pregunté: ¿quieres trabajar? ¡Tengo trabajo para ti!».
Sus ojos se iluminaron y su sonrisa me alegró el día.
«Por supuesto, lo hago feliz por un poco de comida», le respondió Marcus.
¿Y adivina qué? Van ya dos semanas que viene al café y hace su trabajo… Ayuda a recoger la basura y lava los platos.
Y cuando le pago, él compra, y paga, su propia comida en el restaurante, porque es lo que le hace sentir mejor.
Con renovada confianza en sí mismo, Marcus es un hombre nuevo.
Un día Cesia incluso vio cómo Marcus le compraba un bocadillo a una mujer vagabunda.
He came in to the cafe one day asking me for some $$. I looked at him and asked him "why don't you have a job, you know…
Posted by Abis MN on Friday, March 25, 2016
”Haz algo bueno por una persona un día y no los juzgues por pedir dinero… No sabemos nada de su situación, todos merecemos segundas oportunidades», escribe Cesia en Facebook.
Esta historia me la llegado directamente al corazón. Me alegra ver como la gente se ayuda en este mundo. Te invitamos a compartir la historia si también opinas que todos nos merecemos una segunda oportunidad.