El tráfico de seres humanos es un terrible crimen que victimiza a miles de menores en todo el mundo. En México, estremeció especialmente la historia hecha pública por Karla Jacinto, una joven que asegura haber sufrido más de 43.000 violaciones.
A los 12 años, Karla vivía con una familia profudamente disfuncional donde fue abusada y maltratada por un pariente desde que tenía solo cinco años.
Un día, explicó a CNN, mientras esperaba a unas amigas, un niño vendedor de caramelos se le acercó y le dijo que un extraño quería regalarle uno.
El error de su vida
El extraño, que debía tener unos 22 años, empezó a hablar con ella y le contó que también había sido un niño abusado. Era atento y cariñoso y ella confió en él.
El individuo no tardó en convencerla para escaparse con él. De hecho tuvo su gran oportunidad un día en que la madre de Karla negó a la niña la entrada a su casa por llegar un poco tarde.
Irse con él fue sin duda el peor error de su vida. El hombre era un proxeneta que la llevó a su ciudad natal, Tenancingo, uno de los epicentros mundiales del tráfico sexual.
Nunca descansaba
Durante cuatro años, Karla tuvo que atender a clientes desde las 10:00 hasta la media noche. Siete días a la semana, sin días de descanso. De no hacerlo amenazaban con matar a su madre.
Su proxeneta la maltrató brutalmente y la dejó embarazada. A los 15 años Karla dio a luz a una niña, a quien no pudo ver hasta el año de edad. Su captor amenazaba con matar a la bebé si ella no seguía trabajando.
Afirma que llegó a tener que atender a cerca de 30 clientes diarios. Estima que fue violada unas 43.200 veces durante esos cuatro horribles años.
¿Por qué no trató de huir o denunciarlo? Un día, explicó, la policía vino al local donde trabajaba, echó a todos los clientes y unos 30 agentes se quedaron con ellas a solas.
Por un momento pensó que su calvario había terminado y que la iban a rescatar, pero los agentes las metieron en las habitaciones y empezaron a sacarles fotografías en situaciones comprometidas.
Karla cuenta que no les importó que fueran menores, algunas de hasta diez años, niñas que lloraban…. Amenazaron con entregar las fotografías a sus familias si decían algo.
Quiere ayudar a otra mujeres
Por si fuera poco, asegura, muchos de sus clientes eran políticos e incluso sacerdotes. No había nadie a quien acudir buscando ayuda.
Afortunadamente, a los 16 años Karla fue rescatada durante una operación contra el tráfico sexual y hoy es una mujer que se dedica a ayudar a otras jóvenes que pasaron por lo mismo que ella.
A los 23 años, asegura que su vida está en cosntante peligro debido a su actividad. Pero ella continúa colaborando con la organización que la acogió tras su rescate.
Ha sido recibida por el papa Francisco, así como el Congreso de Estados Unidos. Cuenta su historia una y otra vez para denunciar la actividad de estas bandas de criminales.
Puedes saber más sobre Karla en este video de abajo:
Lo lamentable es que el caso de Karla no es aislado, cerca de dos millones de niñas y niños son víctimas de la trata de personas en todo el mundo. ¡Esto tiene que parar!
¡Karla es una mujer muy fuerte y valiente! Si quieres, considera ayudar a dar a conocer los terribles abusos que sufren estos menores compartiendo su testimonio.