Este hombre acoge en su casa a aquellos que van a morir – más de 80 niños han pasado por su hogar

Hay personas en este mundo que nos dan esperanza y nos hacen creer en la humanidad. Personas que son estrellas brillantes en este cielo oscuro que muchas veces nos parece nuestro mundo. 

Una de estas estrellas que brillan con fuerza es Mohamed Bzeek.

Algunas personas tienen un corazón tan grande que parece imposible que existan. Uno de esas personas se llama Mohamed Bzeek. Es un hombre con una tupida barba. Él ha emprendido una misión especial en la vida: cuidar a niños con enfermedades terminales que han sido abandonados por sus padres. Normalmente, estos niños finalizan sus vidas en un hospital, solos y abandonados, pero gracias a Mohamed, reciben el amor, la fuerza, el calor y la felicidad que se merecen.

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Gran parte de la empatía que Mohamed tiene por estos niños proviene del periodo en el que se le diagnosticó cáncer a la edad de 62 años. Durante el tratamiento se vio obligado a ir solo al hospital, ya que su mujer había fallecido y su hijo es discapacitado. Él mismo describe su sentimiento de terrible soledad y abandono, al igual que todos estos niños abandonados que tienen que visitar diariamente el hospital.

Mohamed habla de su experiencia en el hospital como paciente de cáncer, y cómo vio en los ojos de esos niños la sensación de total abandono. 

– Hay niños que nadie quiere adoptar, nadie quiere hacerse cargo de niños enfermos que van a morir. Si no acogemos a estos niños, van a pasar sus últimos días en un hospital o residencia, sin nadie que les hable. Yo siempre hablo con ellos, aunque estén sordos o ciegos, porque son seres humanos con un alma. Sólo con cogerlos de la mano, ya saben que hay alguien ahí para ellos.

Y Mohamed lo tiene muy claro: 

– Mientras mi salud me lo permita, yo estaré ahí para ellos. 

Necesitamos personas como Mohamed en el mundo. 

Mohamed es realmente una persona con un corazón de oro. Con él los niños reciben la seguridad, la alegría y la felicidad  que de otra manera no recibirían. Es la chispa de esperanza en esas noches oscuras y terribles que sin él los niños tendrían que pasar solos y abandonados. Si más personas fueran como Mohamed el mundo sería mejor.

Difundimos ahora su viaje inspirador que hace del mundo un lugar más acogedor. Uno solo no puede hacer todo, pero todos pueden hacer algo, compártelo si estás de acuerdo.