El 7 de abril de 2018, el destino de la familia Clemens cambió para siempre. La familia formada por siete miembros estaba cerca de Sterling City, Texas, Estados Unidos, cuando se vieron involucrados en un choque frontal. Los padres, Jim y Karisa y la hija de dos meses de la pareja, Juliana, murieron al instante. Sus otros hijos, Angela, Zachery, Wyatt y Nicholas sobrevivieron, pero resultaron gravemente heridos.
Los tres hijos mayores fueron trasladados a un hospital de Fort Worth donde comenzarían su largo camino hacia la recuperación.
Angela, de 8 años, sufrió un traumatismo craneoencefálico grave, que la dejó en coma durante una semana. También se rompió las piernas. Zachary, de 5 años, se rompió la espalda y sufrió muchas lesiones internas. Wyatt, de 4 años, sufrió varios accidentes cerebrovasculares e inicialmente quedó parcialmente paralizado de su lado izquierdo.
El hermano menor, Nicholas, de 2 años, fue atendido en el hospital por sus heridas y unos días más tarde fue dado de alta quedándose al cuidado de una tía.
Cada niño pasó por momentos mejores y peores durante su recuperación.
Cuando Angela finalmente se despertó, Teresa Burrell, la tía abuela de los niños le dijo TODAY, que la primera persona por la que preguntó fue su hermano.
«Supimos entonces que se acordaba de su familia», dijo Burrel. «Cuando tienes un daño cerebral, es muy difícil saber donde estás. Pero estamos ahora más esperanzados que hace dos semanas.
Un momento de particular esperanza fue cuando los tres hermanos se vieron por primera vez desde el accidente fatal.
«Era lo que realmente necesitaban», dijo Burrell. «Tenían mucho dolor y necesitaban apoyarse el uno al otro».
Durante la recuperación de Zachary, éste comenzó a mostrar signos de depresión. Para ayudar a levantarle el ánimo, organizaron una fiesta con helados. Asistieron su hermana mayor Angela y su hermano pequeño Wyatt.
Cantaron canciones sencillas y fue como la noche y el día. Simplemente mejoró», dijo Burrell. «Estar los tres juntos fue decisivo para levantarle el ánimo»
Pasaron los días y se convirtieron en semanas, los hermanos Clemens continuaron mejorando, y su camino hacia su recuperación se hizo un poco más fácil gracias a una recaudación de fondos que consiguió casi 300,000 dólares.
«Muchas personas buenas, de diferentes tipos de creencias, unieron sus oraciones en nombre de estos niños, y lo sentimos», dijo Burrell. «Lo sentimos como una familia que somos y definitivamente lo hemos visto en estos niños. Lo acabamos de ver. Simplemente ha sido un milagro y ha sido increíble.»
Las fotos de los niños Clemens juntos se han hecho virales, y desde entonces los niños han ido recuperando la fuerza.
Según PEOPLE, los niños viven con su abuela, Susan Skillicorn, y su marido. Burrell comentó que aunque la familia no está segura de cómo el daño cerebral de Angela la afectará, ella y sus hermanos comenzaron una nueva escuela el pasado septiembre.
«Estábamos de visita, hace un mes y medio … estaban corriendo», dijo Burrell a PEOPLE. «Hubo muchas risas y mucha felicidad. También hay momentos tristes, por supuesto, extrañan a sus padres, van a necesitar recibir tratamiento, pero su futuro parece bueno, les está yendo tan bien como puede esperarse.»
Si bien los hermanos Clemens no están completamente curados, han hecho avances increíbles, sorprendiendo a su familia y médicos.
Les deseamos lo mejor en su increíblemente difícil viaje, pero sabemos que tienen un gran de apoyo detrás de ellos, y eso es tan importante como sus tratamientos.
Comparte este artículo para mostrar tu apoyo y desearles a estos niños un buen camino hacia la recuperación..