Vivir en la calle es una lucha de la que pocos tenemos que preocuparnos. Tan sólo imagina la preocupación diaria de encontrar un lugar donde dormir en la noche o dónde conseguir alimento.
Diseñar un plan financiero para el futuro es imposible viviendo en la calle sin empleo, todo lo que importa es sobrevivir en el día a día.
Tan sólo pregunten a John Helinski, de 62 años, quien ciertamente lo sabe.
Durante tres años vivió en una caja de cartón en la estación de autobuses de Tampa, en Estados Unidos, refugiándose debajo de los asientos.
Lo que no sabía es que su vida iba a dar un giro repentino después de que la policía descubriera algo muy importante…
John Helinski es un hombre de 62 años que durante tres vivió en una estación de autobuses de Tampa, en Florida.
A menudo dormía en una caja de cartón, buscando refugio debajo de los bancos para que la gente no lo viera. La gran mayoría ni siquiera supo que estaba ahí.
Los documentos de identificación de John fueron robados mientras vivía en la calle, lo que le impedía conseguir ningún tipo de ayuda. Siendo originario de Polonia obtener un nuevo carnet de identidad no era una opción y nadie le ayudaba.
Intentó aplicar a una residencia temporal en El centro de Soluciones Habitacionales de Florida, pero como no podía demostrar su identidad le negaron alojamiento.
John estaba atrapado en un círculo vicioso. Algunas veces tenía esperanzas, pero estas se desvanecían rápidamente. Nada podía hacerse sin un número de seguridad social.
Todo esto cambió cuando conoció a Charles Inman, un trabajador social operando en un área local. Escuchó la historia de John y decidió ayudarlo. Inman trabajaba con la organización DACCO y decidió prestarle ayuda.
El oficial de policía Daniel McDonad, de Departamento de Policía de Tampa, también se unió a a causa. Juntos trabajaron por sacar a John de la espiral en la que estaba sumido.
Sobre un encuentro inicial con Helinski, IInman dijo: » Esta situación se veía realmente difícil y no estaba seguro de cómo iba a terminar».
«Si fallábamos supondría dejar a un hombre de 62 años en la calle y el oficial McDonald y yo no estabamos bien con eso».
John nació en Polonia, lo que hacía difícil conseguir un nuevo carnet de identidad. Afortunadamente, Inman y McDonald tenían un plan para ayudarlo.
Primero, le consiguieron un carnet de identidad temporal en hacienda (Inman lo llevó en su propio coche).
Una vez tuvo un carnet, John pudo obtener un certificado de nacimiento desde los Estados Unidos.
Pronto las piezas de puzle empezaron a encajar. Fueron capaces de reunirse con los Servicios Sociales y dar con medidas que pudieran ayudarlo más.
Pero la historia todavía tenía un giro que dar, uno más grande y más sorprendente de lo que habían anticipado.
Fueron a un banco y se dieron cuenta de que John había estado acumulando dinero de ayudas en una cuenta de banco olvidada.
La cantidad en el banco era suficiente como para que John pudiera alquilar su propio apartamento. Ahora vive en la misma zona donde Inman trabaja.
Futuro brillante
De repente su futuro se ve con mejor luz.
El oficial McDonald dice: «somos policías uniformados con coches policiales, pero queremos que la gente sin hogar confíe en nosotros», dijo. «Nuestro trabajo no es arrestar a alguien, es ayudarlos. Las personas sin hogar tienen que obedecer la ley, pero ahora están empezando a ver que pueden confiar en nosotros y este nuevo modelo y campo policial está ganando popularidad rápidamente creo».
Un enorme gracias a estos dos hombres que hicieron lo posible para que John pudiera salir adelante.
Algunas veces todo lo que se necesita es que alguien quiera dar una mano de apoyo. La gente que lo hace a menudo ayuda a aquellos más necesitados, son verdaderos héroes para la sociedad en mi opinón.
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