Bethany Lane tiene 16 años y en la pasada Navidad su estómago comenzó a crecer de forma incontrolada. Al principio no le dio mucha importancia, pero su barriga continuó creciendo y creciendo y comenzó incluso a tener dolores. Sabía que no podía esperar más y fue a hospital.
Al principio el médico pensó que parecía estar embarazada de unos siete meses, pero había algo que no cuadraba.
Tras hacerle pruebas vieron que tenía un quiste en un ovario. El quiste era muy grande, había llegado a medir 33 centímetros de diámetro.
El enorme quiste había comenzado a presionar varios órganos del cuerpo de Bethany, lo que le provocaba grandes dolores.
Fue una suerte que decidiese acudir al médico, el quiste había comenzado a presionar con tanta fuerza uno de sus riñones que había dejado de funcionar, si el quiste hubiese reventado, la vida de Bethany hubiese corrido peligro.
Pero con ayuda de la cirugía, los médicos pudieron vaciar el quiste realizando tres pequeños agujeros por los que consiguieron sacar el líquido.
Tras la operación perdió 13 kilos.
Fue una suerte que fue atendida por tan buenos médicos a tiempo.
«Estoy muy agradecida. Los hospitales son a menudo criticados, pero yo sólo tengo palabras de agradecimiento», cuenta Bethany a Gazette Live.
Por esa razón grabaron un vídeo en el que aparece la joven Bethany, junto a su madre, para dar las gracias a los profesionales que salvaron su vida.
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