En 2010, un terremoto azotó Haití con toda su fuerza.
La devastación fue tan extensa que miles de casas quedaron derruídas. Más de 200.000 personas podrían haber muerto en el desastre y más de 1 millón perdieron sus hogares.
El sufrimiento de esta ya de por sí pobre isla fue enorme.
Sin embargo, dentro de la devastación asomaron rayos de esperanza.
La devastación fue tan extensa que miles de casas quedaron derruídas. Más de 200.000 personas podrían haber muerto en el desastre y más de 1 millón perdieron sus hogares.
El sufrimiento de esta ya de por sí pobre isla fue enorme.
Sin embargo, dentro de la devastación asomaron rayos de esperanza.
Cuando Marian y Michelle llegaron a este mundo en 2015, nacieron unidas por el abdomen y compartiendo el mismo hígado. Para tener alguna esperanza de sobrevivir tenía que ser separadas la una de la otra.