Angie y su marido, Gino, tenían dos hijos juntos, y ahora la familia se preparaba para recibir a un nuevo miembro, una niña.
En medio de la alegría, la familia recibió la noticia de que no iba a traer al mundo a una niña, ni a dos, ¡sino a tres!
Los padres se quedaron estupefactos.
En el vientre de la madre crecían Daniella, Camilla y Anabella. Las dos últimas compartían placenta, y el hecho en sí de gestar y dar a luz trillizos conlleva riesgos.
Los médicos avisaron a los padres de que una de las dos pequeñas corría el riesgo de no desarrollarse con normalidad. También pensaban que las niñas podían nacer sin que sus pulmones se hubiesen desarrollado de forma adecuada y que sufrieran hemorrágeas cerebrales.
El tiempo fue pasando y los médicos se dieron cuenta de un importante detalle:
Uno de los fetos recibía poco líquido mientras que a otro le llegaba demasiado.
Cuando estaba en su semana 27 de embarazo, Angie se vio obligada a ingresar en el hospital. La razón era que necesitaba estar bajo supervisión médica constante.
– Cualquier cosa puede ocurrir a partir de ahora, dijo Angie desde la cama del hospital.
Y llegó el momento del nacimiento de las pequeñas – por cesárea – y fue captado por las cámaras. Es muy emocionante.
Mientras las van sacando, y se las van pasando al personal para que les den los cuidados necesarios, la madre dice, con lágrimas en el ojos, que aún no ha podido verlas. Pero finalmente le llega su momento. Y en esta ocasión, de nuevo, le fue imposible contener las lágrimas.
¡Todas han nacido sanas!
A partir del minuto 3:54 puedes ver el nacimiento de las tres estrellas, como las llama su padre.
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