Lamentablemente, las nuevas tecnologías y las redes sociales han abierto una puerta a los acosadores sexuales de menores.
A menudo los niños no son conscientes de esta amenaza y cuando se cruzan con un acosador de este tipo corren el riesgo de caer en sus redes o callan por culpa o vergüenza.
Sólo en España, datos oficiales estiman que en 2015 se denunciaron 643 delitos sexuales en internet contra menores, lo que representa el 78% de todas las denuncias por este tipo de delitos.
Y si no fuera porque la mamá de esa historia decidió investigar un contacto sospechoso en el móvil de su hija, quizás ella también habría pasado a engrosar la lista de víctimas de 2016.
Según explicó Leire al diario El Pais, Leire (nombre ficticio) es una madre de Granada, en el sur de España, que regaló un móvil a su hija para su primera comunión con la condición expresa de que nunca debía hablar con desconocidos y sólo lo usaría para hablar con amigos y hacer fotos.
Pero sus precauciones no fueron suficientes. Un día, revisando el móvil de su hija notó un número de móvil en whasapp sin foto. Algo extraño, pensó la mujer, considerando que todos los niños en esa época estaban como locos con los selfies.
Además faltaban algunos mensajes y una de las frases de su hija decía “déjame en paz, que eres tonto”.
Por este motivo, decidió llamar al número desde un teléfono oculto y cuál fue su sorpresa cuando le contestó un hombre.
Cuando interrogó a su hija delante del padre ésta le explicó que era un niño amigo de una amiga que le metió en un grupo de niños de su pueblo.
Entonces la madre pidió a ambos que abrieran un grupo los tres añadiendo al desconocido y haciéndose pasar por niños.
La madre les dictó todo lo que tenían que decir, hablaba de cosas del cole. De repente, el extraño envió una foto de su pene erecto.
Leire le preguntó a su hija si lo había hecho anteriormente y ella dijo que sí, que pore so se había salido del grupo.
El desconocido pidió la foto de unas braguitas y la madre tomó una instantánea de unas que estaban en el tendedero y se la envió. Con esto quería involucrar al acosador en una conversación y extraerle información.
La madre escribió: “tú mucho enviar fotos guarras, pero de la cara no mandas porque eres muy feo”.
Sin embargo, no funcionó y Leire fue con todos los datos que había recopilado a la policía.
Por lo visto, las autoridades ya estaban buscando a este pederasta, quien fue detenido poco después.
Afortunadamente, esta mujer actuó a tiempo para salvar a su hija de una posible agresión sexual.
Aunque ella dice sentirse en parte culpable de violar la intimidad de su hija, la policía le dijo que es conveniente controlar las comunicaciones de los menores, quienes pueden caer fácilmente en las trampas de estos pederastas.
Por favor, comparte esta historia para concienciar a otros padres ante el peligro que suponen estos criminales.
