Doug y Melanie Pritchard esperaban un parto sencillo con la llegada de su segundo hijo.
El embarazo de Melanie avanzaba con normalidad, pero cuando llegó al hospital, todo cambió.
Melanie le dijo a las comadronas que sentía que algo iba mal. Comenzó a sentirse mareadas y notó que tenía nauseas. Los médicos intentaron averiguar qué iba mal, pero no pudieron ver nada anormal en ella o en su bebé.
Tras eso, todo ocurrió muy rápidamente. La salud de Melanie se deterioró drásticamente y todos los monitores de la habitación comenzaron a sonar frenéticamente. El corazón de Melanie se había parado.
La madre había sufrido una embolia por líquido amniótico, una poco habitual dolencia asociada al embarazo y el parto. Sucede en 1 de cada 800.000 nacimientos. Parece estar causado porque el líquido amniótico entra en contacto con la sangre de la madre.
El líquido amniótico contiene partículas que, cuando entran en contacto con el torrente sanguíneo de la madre, causa una rápida reacción en el cuerpo de la madre, que fue lo que le ocurrió a Melanie.
Melanie recibió atención urgente y pudieron salvar a la bebé sacándola de su cuerpo a través de cesárea. Pero Melinie no corrió la misma suerte. La declararon muerta y la familia acudió a la sala para despedirse de ella.
Pero 24 horas después, ocurrió algo que dejó a todos en shock total.
Doug y Melanie Pritchard llevaban felizmente casados 3 años, y tenía ya un hijo, cuando supieron que iban a aumentar la familia.
Pero durante el parto, todo fue mal. Melanie sufrió una embolia por líquido amniótico y dejó de respirar. Aunque la llevaron rápidamente al quirófano, no pudieron salvarla.
Su corazón dejó de latir y fue declarada clínicamente muerta. Los médicos dijeron que Melanie necesitaría un transplante de corazón o plumón, y que incluso aunque sobreviviese, lo más probable es que sufriera daños cerebrales para el resto de su vida.
Sin embargo, consiguieron volverla a traer a la vida, aunque su situación era muy complicada.
«Mi esposa estaba clínicamente muerta cuando nuestra hija nació», dijo su esposo, Doug. «Mi primer pensamiento fue que me iba a quedar viudo».
El médico le dijo que se preparase para despedirse de su esposa. Y en ese momento él se inclinó sobre ella para darle un último beso de despedida.
«Si te queda algo de fuerza en ti, ¡sigue luchando!», le susurró a Melanie.
Y parece que esas palabras le dieron a Melanie la fuerza que necesitaba. Casi 24 horas después de que Melanie quedase inconsciente, abrió los ojos de nuevo. Doug le mostró entonces una foto de su hija, Gabriella, que había sobrevivido también, contra todos los pronósticos mientras Melanie luchaba por su vida. Es difícil de imaginar la alegría que debió de sentir esta familia en esos momentos.
Unas horas después, Melanie podía volver a respirar por sí misma. A pesar de lo que los médicos pronosticaron en principio, no necesitó ningún transplante. Incluso se pudo recuperar sin medicinas. En una semana, estaba milagrosamente lista para ir a casa con su familia.
«Su recuperación fue un milagro. El hecho de que esté viva es un milagro,» cuenta Doug.
Yo también creo que es un milagro que viviese y se recuperarse de una manera tan asombrosa. Ayúdanos a enviarle nuestra enhorabuena y nuestros mejores deseos para ella y su preciosa familia en el futuro.
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Publicado por Newsner. Te agraderemos un ‘me gusta’ 🙂