Julie McConnel estaba lista para comenzar una nueva vida después de volver a casarse. Ella ya tenía tres hijos de un matrimonio anterior, y tuvo un nuevo hijo con su nuevo esposo, Dan. Después Julie volvió a quedar embarazada.
Sin embargo, la vida le enseñó a Julie una vez más que la vida puede ser completamente impredecible, ¡estaba embarazada de gemelos!
Las probabilidades de que una mujer tenga un hijo con síndrome de Down aumentan a 1 de cada 100 después de cumplir 40 años, por lo que Julie y Dan sabían que se someterían a todos los controles necesarios. En esos controles descubrieron que sus gemelos tenían síndrome de Down.
A los 45 años, Julie sintió que criar a dos niños con necesidades especiales podría ser demasiado, y ella y Dan encontraron una familia que quería adoptar a los gemelos, a través de la Red Nacional de Adopción de Síndrome de Down.
Después de encontrar una nueva familia para sus hijos, Julie y Dan se encontraron postergando continuamente la firma de los papeles que harían oficial la adopción de sus gemelos.
“Queríamos hacer nuestra diligencia debidamente, así que contactamos con la asociación local de síndrome de Down”, dijo la madre.
“Estaban organizando un picnic, así que fuimos y nos reunimos con algunas familias maravillosas que compartieron sus experiencias con nosotros”.
Fue allí donde estos futuros padres se dieron cuenta de que estaban dejando que el miedo se interpusiera en el proceso de aumentar su familia.
“Amas a tus hijos pase lo que pase. Cuando finalmente decidimos que no íbamos a permitir que nuestro miedo se interpusiera en nuestro camino, fue fácil tomar la decisión”, cuenta Julie.
Cuando Julie ya estaba en el tercer trimestre de su embarazo, tomaron la decisión de quedarse con sus hijos. Milo y Charlie nacieron sanos y felices, y ahora Julie y Dan no pueden imaginar su vida sin ellos.
“Se me salió el corazón del pecho cuando los vi. Estaba tan enamorada”, dijo Julie. “Es difícil imaginar la vida sin ellos, pero creo que los extrañaría todos los días si hubiéramos decidido darlos en adopción”.
Esta historia me dejó conteniendo las lágrimas. Todos los niños merecen una oportunidad en la vida, y estamos muy felices de que Julie y Dan decidiesen quedarse con Milo y Charlie.
Si esto te hizo sonreír, comparte el artículo en Facebook para que lo lean tus amigos y familiares.