De ser una chica normal, sociable y tranquila, Emily Gavigan de repente comienza a tener una conducta extraña al comenzar a estudiar en la universidad.
La chica tiene un comportamiento paranoico, murmura a menudo y se muestra preocupada porque algo terrible le pueda ocurrir a su familia.
El comportamiento de Emily empeora. Los padres están confundidos y preocupados porque no entienden que le pasa a su hija.
Pero un día Emilly, producto de su idea de persecución, está a punto de sufrir un accidente de tráfico. Los médicos quieren hacerle un test psiquiátrico pero entonces su padre hace un inesperado descubrimiento.
Un día Emily estuvo conduciendo sin sentido durante cuatro horas, cuando quería ir a visitar a su abuela. Entonces la familia se da cuenta de que necesita ayuda. Emily estaba casi segura de que un camión la estaba persiguiendo, lo que hizo que se saltara directamente los semáforos en rojo todo el camino.
Pero no había ningún camión a la vista, y la familia tenía miedo de que ella supusiera un peligro para ella misma y para los demás. No obstante el padre de Emily se negaba a pensar que su hija de repente se había enfermedad mentalmente, y se mantenía en la idea de que algo ocurría.
A Emily le hicieron pruebas ante posibles desarreglos psíquicos, pero los médicos no pudieron encontrar nada.
El padre descubrió el enigma
Un día ocurrió algo alucinante. Los padres de Emily vieron un programa en televisión que les habían aconsejado. El programa trataba de algo que podría ser una descripción de la conducta de Emily.
El programa contaba la historia de Susannah Cahalan, una periodista de Nueva York, que durante un mes pensaba que se había vuelto loca . Esta historia les resultaba conocida a la de Emily – así que pidieron a los médicos que le hicieran nuevas pruebas a su hija.
La periodista padecía una enfermedad que hacía que el sistema inmunitario atacara partes del cerebro, lo que creaba daños físicos en este.
Los médicos no querían escuchar las especulaciones de la familia tras ver el programa de televisión – creían que la familia solo quería negar los problemas mentales de Emily.
Los padres tenían razón
Finalmente las pruebas mostraron que Emely tenía la misma enfermedad – los resultados dieron positivos. Por fin Emily tuvo un diagnostico correcto.
El tratamiento fue lento – pero Emily poco a poco volvió a ser la misma. Tras 12 meses de cura pudo volver a su vida normal, la que tenía antes de padecer la enfermedad que le hacía perder la razón.
Meses más tarde Emily fue invitada al programa sobre Susannah Cahalan y pudo contar como dicho programa le había salvado la vida. Ahora era una persona nueva. Una familia en otro lugar del país estaba también preocupada por su hija de 6 años que al igual que Emily y Susannah tenía el mismo comportamiento.
Ahora esta niña tiene 10 años y vive una vida feliz y sana gracias a que Emily compartió su historia.
Como padre uno conoce muy bien a sus hijos – y por eso siempre los médicos deberían escuchar muy bien a lo que los padres dicen.
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