El cáncer es una enfermedad horrible. Eso todos los sabemos. Ashley Hallford fue una de las afectadas, en el peor momento.
Ashley, de 26 años, estaba embarazada de su hijo, Harley, cuando el médico le dijo que tenía un gángleo linfático inflamado. Pero era algo mucho peor.
Ashley estaba felizmente casada y esperaba su primer hijo. La vida era todo lo maravillosa que podía ser.
Pero cuando estaba embarazada, notó un bulto doloroso en la parte de atrás de la cabeza. Y fue al médico para ver de qué se trataba.
Los médicos pensaron primero que se trataba de una infección en la glándula salival y le dieron tratamiento para eso. Al prinicipio ayudó pero después Ashley empeoró.
Entonces los médicos vieron que el bulto era síntoma de un cáncer muy agresivo que se expandía por todo el cuerpo de Ashley.
Necesitaba urgentemente tratamiento pero no someterla a quimioterapia mientras su hijo estuviese en su vientre.
Los médicos decidieron probocarle el parte con la esperanza de poder salvar a madre e hijo antes de que fuese demasiado tarde.
Lilla Harley nació en noviembre de 2007, después de 33 semanas de embarazo. Pero el pequeño llegó al mundo sano.
Después del parto le pudieron poner a Ashley el tratamiento que necesitaba. Pero los médicos no le daban muchas esperanzas. La enfermedad se había extendido tan rápidamente que sólo le daban unas semanas de vida.
Ashley se dio cuenta de que podría ver crecer a su hijo, pero decidió luchar en estos últimos momentos. El pequeño Harley le dio fuerza para seguir adelante.
El cáncer se había extendido a su cerebro y presionaba un nervio que hizo que no pudiese abrir el ojo. Después de un tiempo de tratamiento la quimio hizo que Ashley perdiese todo el cabello.
Los médicos le extirparon parte de los músculos de la mandíbula y la garganta en un intento el eliminar el cáncer. Pero cinco meses después vieron que se había extendido a los pulmones y el hígado. A Ashley no lo quedaba mucho de vida.
Le dieron altas dosis de quimioterapia. El tumor de la cabeza era inoperable así que la quimio era su única esperanza.
Al mismo tiempo Ashley quiso hacer todas las fotos que fuesen posible de ella con su bebé, para que su hijo tuviese un recuerdo de su corto tiempo juntos.
Pero de repente ocurrió algo.
En el verano de 2008 la que pensaba que era el último escáner de su cerebro para ver cuánto había crecido el tumor, pero en lugar de recibir las temidas noticias, los médicos le dijeron que el cáncer había desaparecido. Desaparecido por completo.
Ashley Hallford, que estaba segura de que iba a morir, recibió el regalo de su vida de nuevo.
¡Pero la historia no termina ahí!
Los médicos le dijero que Harley iba a ser su único hijo, los efectos de la fuerte quimioterapia haría que le fuese imposible volver a quedarse embarazada.
Pero dos años después esta luchadora esperaba su segundo hijo, y el año pasado dio a luz a su tercer hijo.
Hoy Ashley es una feliz madre de 3 hijos que lleva 9 años libre del cáncer.
Impresionante historia. Milagro de principio a fin. Al leerla uno no puede evitar pensar en cómo de extraña puede ser la vida. ¡Compártela si también te ha conmovido!