Convertirse en madre o padre significa un profundo cambio de perspectiva y una forma completamente nueva de ver la vida. Cuando llega una nueva vida al mundo, los padres centran su atención en hacer todo lo posible por que sus hijos tengan la mejor vida posible.
Pero incluso antes de hacer, en los nueve meses que una madre lleva a su hijo en su vientre, puede suceder lo más inesperado.
Ange Wakeling, que ya era madre de una niña, Dottie, se encontró en una situación imprevista al descubrir que estaba embarazada nuevamente. Y no sabía que su viaje estaba a punto de dar un giro aún más sorprendente.
Ange y su marido se enfrentaron a una elección inimaginable, una que destrozaría sus corazones…
En lo profundo de nosotros reside un sentido innato del bien y del mal. Nuestra conciencia nos guía, actuando como una brújula, por así decirlo, indicando cuándo mantenernos firmes y cuándo ceder en diversas situaciones.
Para Ange Wakeling, una madre de Weston-super-Mare, Inglaterra, este presentimiento resultaría ser una salvación en más de un sentido.
En 2022, el mundo de Ange dio un vuelco cuando se enteró de que estaba embarazada de nuevo. Ella y su esposo habían anhelado durante años ampliar la familia, pero sin resultados.
“No fue tan fácil como cuando quedé embarazada de Dottie y cada mes nos enfrentábamos a la decepción. Pensé que estaba embarazada en Navidad de 2020, pero luego tuvimos un resultado negativo en la prueba de embarazo y fue muy triste”, cuenta Ange a The Sun.
Pero finalmente recibieron la noticia de que podrían darle a su hija un hermano. De repente, Dottie estaba en camino de convertirse en hermana mayor y la pequeña familia estaba lista para crecer.
Pero durante una de las primeras ecografías ocurrió algo inesperado: Ange no llevaba solo un niño en su vientre, había tres preciosos bebés.
La noticia fue lo suficientemente impactante como para sacudir a cualquier futuro padre o madre, y Ange no fue la excepción. Sus pensamientos se aceleraron mientras luchaba contra la magnitud de esta inminente expansión de su familia.
Cada día que pasaba, el vientre de Ange se hinchaba con la promesa de tres nuevas vidas. Amigos, familiares e incluso extraños quedaron cautivados por su historia y la animaron con palabras de aliento y esperanza.
Sin embargo, la euforia de Ange se transformó rápidamente en una decepción desgarradora, cuando le advirtieron de los riesgos que implicaba seguir adelante con el embarazo de los tres bebés.
En aquel entonces, Ange pesaba 140 kg, un factor que los médicos destacaron como un aumento de su vulnerabilidad a una enfermedad potencialmente mortal conocida como preclampsia.
Debido a su exceso de peso, también se enfrentaba a la posibilidad de desarrollar hipertensión arterial y diabetes. Además de eso, Ange estaba al borde de un parto excepcionalmente prematuro, lo que podría poner en peligro aún más la supervivencia de sus hijos.
Por estos motivos, los médicos les recomendaron algo que los dejó atónitos, considerar la posibilidad de abortar a uno o incluso dos de sus hijos por nacer…
«Cuando me preguntaron si quería terminar con uno o dos de los trillizos, me sorprendió tanto que no podía creerlo», dijo Ange a The Sun.
“Chris y yo inmediatamente dijimos que no, pero el médico volvió a preguntar y tuve que decir que no nuevamente, que no estaba dispuesta a abortar a ninguno de mis hijos”.
Ange se dio cuenta de que criar a sus tres bebés entrañaba riesgos sustanciales, pero la sorprendida madre se negó a sacrificar a ninguno de sus bebés. Cuando Ange estaba esperando a su hija Dottie, escuchó lo mismo y le aconsejaron que interrumpiera su embarazo debido a su peso.
Pero, al igual que con Dottie, resultaría que Ange sabía algo que los médicos ignoraban.
Y resultó que sus hijos estaban tan decididos como su madre a salir adelante.
Durante el transcurso del embarazo, Ange descubrió que cada uno de los trillizos tenía su propio saco amniótico y placenta, lo que reducía significativamente los riesgos de que les sucediera algo terrible.
En agosto de 2022, Ange y su marido dieron la bienvenida a su tan esperado trío mediante una cesárea.
Un equipo de urgencia estaba a la espera, preparado para intervenir si los pequeños estuvieran en peligro. Sin embargo, sus servicios no fueron necesarios. Olive, Ada y Tucker nacieron sanos y bien.
Mientras Ange continúa su viaje, ahora como una orgullosa madre de trillizos y una hija, su historia sirve como un faro de esperanza, recordándonos a todos que dentro de los giros inesperados de la vida, se encuentra la oportunidad de vivir nuestros momentos más extraordinarios.
“Ahora miro a mi familia y me siento increíblemente bendecida. Sí, mi embarazo corría riesgos, pero se nos debería dar esperanza, no proponernos la interrupción”, dice Ange y continúa:
«Toda mujer tiene derecho a ser madre, sea cual sea su talla».
El viaje de Ange es un testimonio del poder de seguir el corazón. ¡Comparte esta increíble historia en Facebook si estás de acuerdo!
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